Gobi

Esta fue la primer imagen que tuve del desierto de Gobi al sur de Mongolia. Solamente las huellas de los camiones y… nada más!

Cuando este post se publique ya estaré en Kazajistán, uno de los tantos países que quedaron tras disolverse la Unión Soviética en 1991 y formar parte de Asia Central. Pero no quería dejar pasar más tiempo sin compartirles lo que fue viajar a dedo por estas latitudes. Si algo estuvo bueno de Mongolia fue estar convencido que se podía viajar por el país más nómada del mundo, menos poblado, con rutas inaccesibles y con muy pocos autos en circulación. Todo eso es cierto pero con paciencia (MUCHA) y convicción pude recorrer gran parte del país viajando de esta manera. En este post visual les comparto algunas de los paisajes que fui encontrando en el camino. Muy pronto, la historia completa de como entré desde China y salí por el norte hacia Ulan Ude, Rusia. Cientos de kilómetros cargados de pura hospitalidad.

Gobi

Recorriendo el sur de Mongolia a dedo.

Gobi

Llegar a las dunas de Gobi no es fácil, pero la recompensa vale la pena!

Camellos, Gobi

Una imagen que es clásica en las rutas de Mongolia. Camellos por todos lados

Mongolia

Un lugar muy difícil de olvidar. Acá esperé 26 horas por un camión para regresar a Ulaan Baatar, la capital.

Gobi.

Pisar las dunas del Desierto de Gobi es confirmar que se puede llegar a cualquier lugar

Ger, Mongolia, Gobi

Típica casa de los nómadas de Mongolia. Los ger

Ger. Mongolia

¿Y si me pierdo en el desierto? Era lo que me preguntaba todo el tiempo, pero cada tanto un ger se puede encontrar

Mongolia

En la absoluta soledad del desierto de Gobi esperando por un camión que me lleve hasta Mandah. A veces no hay ger que acompañe!

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