1.Cuando ingresé a la enoooorme plaza Registán me encontré con un guía que hablaba español. Había sido el intérprete oficial cuando Messi estuvo en Uzbekistán y conversar con él sobre la historia de este increíble país en castellano no tuvo precio. Ahí descubrí que la arquitectura y diseños de Samarcanda están inspirados en Irán. Es más, quien diseñó los planos de esta ciudad fue un iraní. Otra cosa que aprendí es que Registán en persa significa desierto y aunque no lo crean en esta plaza pública el pueblo no solo escuchaba los discursos del rey, también se llevaban a cabo ejecuciones.
Era casi el mediodía y el calor ya se sentía fuerte. Me senté a descansar en un banco bajo la sombra. Entonces un grupo de maestras de Tashkent que estaban de vacaciones se acercaron y sin preguntarme ni siquiera de donde era me invitaron a tomar un helado.
Mientras cruzaba una avenida, los taxistas de la terminal no paraba de hacerme señas. Pensé que querrían proponerme un viaje, pero no. Me estaban invitando a compartir su hora de descanso con una taza de te. De nada sirvió que les dijera que no hablaba ni ruso, uzbeko, persa, farsi o cuantas dialectos puedan haber. Todos siguieron hablándome como si nada. Y a pesar de estar totalmente perdido en lo que decían la pasé genial.
Que un nene de unos siete u ocho años en un supermercado vista la camiseta de fútbol de Argentina, señale a la mamá y cuando entro diga en voz alta: Ángel Di María!!!, fue de no creer. Debería haber tenido una cámara oculta y grabarlo si sabía que iba a pasar algo así. ¿Digo, me habrá visto algún parecido con él?
Creo que te conté que cada vez que llego a una ciudad preguntó donde está el bazar porque una de mis debilidades son los damascos secos. Entre puestitos de gorros típicos, cajones de verduras y vendedores de alfombras llegué al esperado local. Hola buen día, me daría… (todavía no aprendí a decir 100 gramos, entonces le hago un gesto con las manos abiertas para indicar la cantidad) algunos damascos. El dueño del puesto tomó una palita, guardó algunos en una bolsa y dijo algo que no comprendí. Una señora que estaba comprando me tradujo lo siguiente: dice que es un regalo de bienvenida a Uzbekistán. Y así me fui, sin que me quisiera cobrar.
Era la tarde y por alguna razón el barcito que había encontrado a la vuelta del hostel estaba cerrado. Me senté en la escalera y me puse a buscar otro lugar donde poder comer algo, pero todos quedaban lejos. Arriba del bar había un balcón donde una señora regaba sus plantas con tanto cuidado como si fueran sus hijos. Le hice un gesto de donde podría comer. Enseguida la señora apareció por una puerta que daba al lado del bar, me tomó de la mano y me llevó hasta el living de su casa. Pensé que me daría un mapa con alguna buena recomendación pero ante mi asombro volvió con un plato de plov recién preparado. Plov es una comida tradicional, no solo de Uzbekistán, sino de toda la ex Unión Soviética. Está hecho a base de arroz, cordero, zanahorias, cebollas y ajo. Y si está bien preparado como este, es un manjar. No hace falta aclarar que cuando le quise pagar se negó rotundamente.
Cuando me fui a dormir no dejaba de pensar en todas estas situaciones. Me di cuenta que la mayoría estaban relacionadas con la hospitalidad, con una invitación, con compartir lo que tienen. Hace mucho tiempo escribí una frase que terminé poniendo en el libro que publiqué el año pasado. “Siempre recibo más de lo que doy mientras viajo. Tal vez esa sea la razón para seguir en el camino”. Y así confirmo que los viajes se recuerdan más por su gente que por sus playas bonitas, sus paisajes pintorescos, sus sitios arqueológicos o sus ciudades modernas.
A veces tengo la sensación que los países no tienen fronteras, que en realidad son simples rutas, avenidas o carreteras que se cruzan. Y es ahí donde cada uno es dueño de su propio destino según las determinaciones que vaya tomando.
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¿Cómo llegar? La frontera más utilizada es desde Tajikistán ya que la mayoría de los mochileros recorre la ruta de Pamir hasta Dusambé. Desde ahí estás a tan solo 66 km en dirección a Tursunzoda. Se suponía que del otro lado, ya en Uzbekistán, iban a ver taxistas desesperados en llevarme hasta Samarcanda por 20 dólares, pero ni eso había. Esperé casi 2 horas y cuando apareció un auto empecé el viaje a dedo. La policía uzbeka revisa las mochilas en todos los pasos fronterizos. Especialmente las computadoras y celulares en busca de material pornográfico. También todos los medicamentos (uno por uno). Pero fue cordial y no hubo problemas.
La moneda: se denomina Som y por un dólar el cambio oficial en agosto de 2015 era de 2.590 Por eso te conviene cambiar en el mercado negro (cualquier almacén o mercado) que te darán 4.455 por cada dólar (con suerte un poco más). No cambies en un banco!!! Lo mejor es cambiar 100 dólares porque el billete más grande que tienen es de 0,25 centavos (1.000 som) por lo que vas a tener que estar listo para recibir una enorme cantidad de billetes y por una vez en la vida sentirte casi rico! Viajando a dedo, comiendo en los mercados y siendo hospedado por los hoteles gasté 95 dólares en 14 días (incluyendo algún que otro souvenir).
¿Que visitar? Las principales ciudades son Samarcanda, Bukhara y Khiva. Pero también podes hacerte una escapada a Monyaq (a unos 210 km de Nukus) y visitar lo que alguna vez fue el mar Aral, hoy convertido en desierto con varios barcos oxidados. Tashkent también es muy nombrada pero no estuve y hoy es una ciudad grande, a mi gusto, no vale la pena visitarla a menos que tengas que ir ahí por una razón en especial.
Samarcanda: la entrada a la famosa plaza de Registán cuesta 7 dólares, tal vez es cara en comparación a otras atracciones, pero vale la pena si se tiene en cuenta en el lugar en donde estamos. Otros lugares imperdibles son el mausoleo Gur-e-Amir, la mezquita de Bibi-Khanym y el bazar Siyob. Piensen que Samarcanda estaba ubicada en la mitad de la ruta de la seda. De ahí su gran importancia hoy en día.
Bukhara: el corazón de la ciudad es Labi-Havz donde se concentran los hoteles y los puestos de comida. Hay una fuente o pequeño lago artificial, que por las noches es ideal para sentarse a tomar una cerveza mientras se recuerda lo lindo que fue caminar por el minarete Kalon, la fortaleza Ark, Char Minor, o la mezquita Maghoki Attar. Consejo: entré a la fortaleza con la ilusión de tener buenas vistas de la ciudad al atardecer pero no se ve casi nada. En mi opinión no vale la pena entrar ni pagar la entrada de 6.000 som (un poco más de un dólar). Enfrente del minarete Kalon hay un barcito con una terraza que si consumís algo podes quedarte y hacer muy buenas fotos al atardecer o de noche. Si te morías de ganas de comprar algún recuerdo viajero es el lugar más barato de estas tres ciudades.
Khiva: lo mejor es hospedarse dentro de la ciudad antigua más conocida como Itchan Kala. Hay varias opciones de hostels pero en cualquiera que estés vas a estar muy cerca del famoso minarete Kalta, el ícono de la ciudad. Otro imperdible es la madrasa Alloqui Khan. Pagando 12 dólares tenes acceso a las 40 atracciones principales, con excepción de los dos minaretes abiertos al público desde donde se tienen increíbles vistas de la ciudad. Esos se pagan aparte y cuestan 4.000 som, menos de un dólar. Si te gusta caminar es el lugar indicado para hacerlo después de la tarde cuando el sol está más suave y especialmente durante la noche, cuando los puestos de artesanías están cerrados, las callecitas sin turistas y el cielo estrellado. Sin lugar a dudas toda una experiencia. Para fotos nocturnas no te olvides tu trípode! En mi opinión fue la que más me gustó de las tres ya que en muy poca distancia concentra muchas atracciones. Para comer te aconsejo que salgas de la ciudad vieja por la puerta principal, gires a la derecha y a unos 200 mts hay unos restaurantes que por menos de 2 dólares vas a comer bien. Muy cerca de ahí volviendo a la ciudad vieja hay un Market que tienen buena pastelería y extremadamente barata! La botella de te frío con sabor a durazno va perfecta para las tardes de calor.
Viajando en autostop: fue muy fácil para viajar de esta forma. En muchos países de Asia había utilizado un cartel para indicar el destino al que pretendía llegar. En Uzbekistán no fue necesario y en general las esperas siempre fueron cortas. Consejo: si vas a Monyaq desde Nukus hacelo por la mañana temprano. El viaje de ida solamente son 210 km y algunos tramos no están en buenas condiciones por lo que te llevará tal vez unas 5 horas cubrir esa distancia. Se supone que hay un bus que sale a las 9 am desde la terminal de Nukus en esa dirección. Confirmalo en tu hotel antes de salir. Si querés viajar por Uzbekistán en taxi compartido cada 100 km deberían cobrarte unos 2 o 3 dólares. A veces sale más caro una distancia corta que cubrir trayectos largos. Pero insisto, viajar a dedo fue muy fácil además de divertido. Los buses urbanos en agosto de 2015 costaban 800 soms (0,15 centavos de dólar) en Samarcanda. Un taxi desde la ciudad de Bukhara al aeropuerto que queda a 6 km cuesta 7.000 som durante el día y el doble por la noche. Desde acá hay vuelos directos a Moscú por 190 dólares (www.bravofly.com). Yo salí de esta manera del país. Pero si vas por ejemplo para Irán podes tramitar una visa de tránsito de Turkmenistán (que no siempre la otorgan!)
Alojamiento: Tal vez esta es la mejor noticia que puedas escuchar. Estuve dos semanas y no pagué ningún hospedaje. Todos los conseguí a través del blog, por lo que si tenes uno, prepara una carta de presentación y ofréceles publicidad en tus redes a cambio de dos o tres noches de alojamiento. Por lejos fue el destino donde más fácil resultó este tipo de intercambio. Contestan rápido y siempre te ofrecen una habitación individual con desayuno. Tampoco tengas miedo de aplicar a hoteles de nivel. También aceptaron la propuesta. Los uzbekos están encantados con Argentina y tal vez ese fue un punto a favor. No probé de hacer CS https://unviajerocurioso.com/consejos-viajeros/que-es-couchsurfing/ pero puede ser otra opción en alguna ciudad como Nukus o Tashkent.
¿Cuándo ir? Llegué a Uzbekistán en agosto (pleno verano) pero el calor no fue tan agotador como le es en Malasia en enero. Si van a hacer dedo en la ruta que va desde Khiva hacia Bukhara no se olviden de llevar agua y un buen sombrero o gorro. Indispensable! Consejo: llevá pantalón largo si aceptás el desafío de viajar casi 9 horas con temperaturas elevadas en moto. El sol de la tarde es muy fuerte y en julio puede llegar a los 45º o 50º.
Gastronomía: Comer es muy económico, casi como en el resto de Asia. Por ejemplo, un plato de Laghman (pastas con verduras) cuesta 1 dólar, Plof (arroz con un poco de carne) 1,25 dólar, y la famosa Samsa (muy parecido a una empanada) con carne o con papa tan solo 700 som (0,15 centavos de dólar).
IMPORTANTE! Tenés la obligación, más allá del pasaporte que lleves, de registrarte cada tres días. Pero esto no significa ningún problema ya que los hostel hará el trámite en forma gratuita el día que hagas el check out. Al salir del país me pidieron como comprobante el primer y el último registro. No los tires hasta que estés en tu nuevo destino.
Si tenés más consejos o info útil de Uzbekistán dejá tu comentario así ayudamos a otros futuros viajeros que quieran recorrer ese destino. Buen viaje por Asia Central!
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Ni bien llegué a Uzbekistán me agarró una especie de romanticismo viajero. Es que en Kirguistán estaba demasiado ocupado con los treking en los alrededores del lago Song-Kol, viviendo con las familias nómadas y viendo como era su día a día en sus gers. En Tajikistán no salía de mi asombro al recorrer la mítica ruta M41 más conocida como Pamir Highway mientras acampaba frente a las inmensas montañas de Afganistán.
Pero como les contaba, cuando llegué a este destino de Asia Central tuve sensaciones extrañas. ¿Será porque quería estar acá desde que tenía tan 14 años? ¿Por qué sitios como Samarcanda seducen tan solo con nombrarlos? La plaza Registán me deslumbró y es más hermosa de lo que la imaginaba, pero no deja de estar en medio de una ciudad con semáforos y tráfico.
Cuando llegué a Khiva, un lugar con más de 25 siglos de historia era el atardecer. Emir, mi cómplice de estos 450 km a dedo me había dejado en la puerta de la ciudad vieja más conocida como Itchan Kala. Atravesé la puerta de madera, levanté la mirada y enfrente me encontré con el famoso minarete Kalta, el ícono de la ciudad. Entonces hubo una conexión especial con este lugar y pensé: si las ciudades fueran mujeres seguro me hubiera enamorado de esta. Caminar por las noches en silencio entre callejones estrechos, ver cielos estrellados como los que tuve desde la madrasa Alloquli Khan o desayunar frente al palacio Isfandiyar no parece ser real. Es como quien dice: este lugar es de fantasía, es de cuentos, tiene magia, es para enamorarse. Cualquier viajero que haya estado por Khiva no hace más que hablar bien de ella. Y tienen razón! Tal vez cuando estés por acá y toques sus paredes de terracota, subas a sus minaretes para admirar esas cúpulas redondeadas de color turquesa o camines por los tejados de la fortaleza entenderás que no exagero.
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Entonces salgo a la avenida principal, camino recto 800 metros y después de la rotonda continúo por la ruta que se abre a la derecha. Las indicaciones del conserje del hotel eran muy claras. En menos de diez minutos estaría en el lugar indicado para viajar a dedo los 210 km hasta Moynaq. Había solo un motivo para desafiar el intenso calor del mediodía uzbeko: llegar al mar Aral o en realidad a lo que queda de él. Para lo que no estaba preparado era para las esperas que iba a tener en el camino. Por alguna extraña razón dejar la ciudad de Nukus, en donde me encontraba, fue mucho más difícil de lo esperado. Si bien los uzbekos se caracterizan por ser muy hospitalarios, en esta parte de la Región Autónoma de Karakalpakstán, como así se la llama, los códigos para viajar a dedo parecían que habían cambiado.
Después de subirme a varios autos particulares, dos camiones y algunos taxis que accedieron a llevarme llegué a destino. Si hay algún sinónimo que pueda compararse con soledad, polvo, árido, triste, lejano, ese es el pueblo de Moynaq. Cuando pregunté donde estaban los barcos abandonados nadie parecía saber a lo que me refería. Es como si les fuera indiferente una situación de la cual forman parte. Del pasado, presente y futuro. Cuando el gobierno decidió 40 años atrás desviar las aguas del mar Aral para regar los campos de algodón iniciaron un desastre natural sin precedentes. Cuando quisieron darse cuenta ya era demasiado tarde. Pero lo más triste es que los mayores ingresos económicos de la nueva industria se lo llevan los chinos y el gobierno local. A los pobres trabajadores uzbekos les llegan las sobras. Mi ruso es escaso y como nadie lograba entenderme me acerqué a un policía que descansaba debajo de la sombra de un árbol. Le pedí una lapicera y en mi mano dibujé tres barcos.
Si hay alguien que puede interpretar ese mamarracho seguro será un niño. Cuando vi a dos chicos que andaban en bicicleta les hice señas para que se acercaran. Ni bien les mostré el dibujo no dudaron en señalarle la dirección. El camino se hacía angosto, por momentos de tierra y por momentos asfaltado lleno de pozos. Desde un viejo monumento se observaban varios barcos oxidados sobre la arena. Todos miraban hacia el mar como si buscaran alguna explicación. ¿Quién los había dejado ahí? ¿Por qué ya no estaba navegando? ¿Quién habría sido su dueño? ¿Viviría todavía en Monyaq?
Fue inevitable bajar hasta allá y caminar entre los pastizales. Uno de los barcos tenía una escalera desde donde subí y me paré en la popa para mirar con tristeza los cientos de kilómetros de desierto. Me quedé pensando como habría sido este lugar lleno de vida años atrás. Y recordé que en algún libro de geografía escolar el mar Aral lucía con aguas azules. Hoy es un pueblo de pescadores frustrados. Tal vez la imagen más triste de esta parte de Asia Central. No luce reluciente como las mezquitas de Samarcanda, los minaretes de Khiva o las madrasas de Bukhara. Pero sin lugar a dudas es parte de su historia.
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Me parecía irreal que después de atravesar lugares como Inle Lake en Birmania, el norte de Tailandia, Laos, los templos de Angkor en Camboya, todo el desierto de Gobi en Mongolia, la Siberia en Rusia, la mítica Pamir Highway en Tajikistán, entre otros sitios, fuera yo el que estuviera caminando entre madrasas, mezquitas y ciudades con más de 25 siglos de historia. Necesitaba disfrutar como nunca esos últimos 450 kilómetros que hay desde Khiva hasta Bukhara, mi punto de partida hacia un nuevo capítulo viajero: Europa.
Por el calor, las rutas en mal estado y porque los conductores no acostumbrar a manejar rápido es una distancia que fácilmente puede llevar entre seis o siete horas siempre y cuando uno haya contratado un taxi y el viaje sea directo. Claro que si uno lo hace a dedo entre pueblo y pueblo el tiempo será mayor. Había resultado sencillo avanzar los primeros 30 km hasta la localidad de Urgench en un camión que repartía frutas. Le siguió un auto con una familia que me dejó a las afueras de la ciudad de Beruniy. Y cuando estaba confirmando cuantos kilómetros faltaban hasta Turkul, la siguiente localidad, sucedió algo inesperado. Una moto se detuvo a mi lado, el conductor se sacó el casco y me encontré con Ken, un malayo diciendo, voy hacia Bukhara… te acerco hasta algún sitio? Miré su Honda Transalp y no lo dudé un segundo. Siempre había soñado con viajar en una de esas inmensas motos. Faltaban 410 km para llegar a destino y solo tenía una certeza: el viaje sería largo y cansador, pero valía la pena recorrerlo de esa manera.
Cuando llegamos a Kulatau, cerca de la frontera con Turkmenistán ya era el mediodía y el cielo estaba totalmente despejado. Tan azul como lo había sido en las dos semanas anteriores por todo Uzbekistán. El calor iba en aumento y apenas habíamos recorrido 90 km! Sumado al viento que era denso y caliente, el calor que me llegaba del motor, la temperatura del asfalto, el sol y estar en pleno desierto la temperatura fácilmente rozaba los 50 grados. Viajaba con un short y ojotas, muy distinto al traje especial que llevaba Ken. Cuando salí a la ruta esa mañana jamás imaginé que viajaría semejante distancia en una moto. Por momentos sentía que las piernas se me estaban cocinando, que la goma de las ojotas me derretían los pies y la cabeza me iba a explotar. Hubo varios momentos en los que deseaba salir de esa situación. Pero era inevitable. La ruta era una recta infinita en medio de un extenso desierto. Ni un solo arbusto con un poco de sombra. Nada de nada! Después de dos horas más llegamos a un pequeño bar de esos que hay al costado del camino. Mientras Ken llenaba el tanque de nafta yo salí desesperado en busca de agua. El viaje en moto duró casi 10 horas por lo que esta situación se repitió varias veces. Recién cuando el sol se escondió detrás del horizonte llegó la primera brisa fresca de la tarde. Pero para esa hora mi cuerpo tenía acumulado tanto calor encima que todavía sentía como si caminara dentro de un volcán en erupción.
Un cartel anunció Bukhara 6 km y me sentí feliz. No me importó llegar derretido de calor ni tampoco con unas ampollas en las piernas. Entonces fui consciente de que nada había sido casual. Había comenzado el viaje en Malasia y quien me levantó en la ruta era un malayo. El viaje por Asia 2015 se completaba como debía ser. Ken Kiong Lee gracias por el viaje compartido!
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El Hospedaje en la ciudad de Khiva fue cortesía de Mirza-Boshi B&B [email protected] Excelente el desayuno y la terraza para tomar una cerveza a la noche mientras se ve la ciudad iluminada.
En Bukhara: El hotel Emir es una excelente opción. La atención y cordialidad son sus principales características como también sus amplias y cómodas habitaciones. Buena conexión wifi y AC. Excelente el desayuno con mucha variedad. Contactar a Vladimir: [email protected] www.emirtravel.com
También en Bukhara: Komil Boutique Hotel ([email protected]). Las habitaciones están renovadas y son muy cómodas. El salón para cenar es del sigo 19!
La primera gran noticia es que para entrar a Kazajistán no necesitás una visa si tenés pasaporte argentino. Entré desde Rusia viajando desde la ciudad de Omsk. Claro que en la frontera no tienen mucha idea y por eso un amigo escribió en ruso que no la necesitamos desde 2009. Decidí ingresar de noche cuando todo es más tranquilo y no hubo problemas. Tené en cuenta que tenés 5 días desde que ingresas al país para ir a oficina de migraciones (OVIR) y registrarte ante la policía. El trámite es obligatorio para todos los turistas más allá del pasaporte que tengan. En general dura un día y es gratuito. Si te dicen que tenés que ir a una agencia de turismo como me dijeron a mí, insistí y ponete firme que es ahí donde se hace el trámite. Al salir del país lo primero que me pidieron en el control de pasaportes fue este papel. Por las dudas sacale una fotocopia por si se te pierde. Aclaración: en el formulario tenés que poner la dirección del hostel donde te estás quedando. Yo estaba haciendo CouchSurfing, pero es mejor no mencionarlo sino es más trámites sin sentido. Completá el formulario con algún hostel que hayas visto en internet y no habrá problemas. En caso de que no te registres se supone que te multan con 200 dólares.
VISAS PARA VIAJAR A KIRGUISTÁN Y TAJIKISTÁN
Ambas las tramité en la ciudad de Almaty, al sur de Kazajistán donde los consulados parecen ser más prácticos que en la capital. La visa de Kirguistán estuvo lista en 6 horas y tuve que pagar 110 dólares.
Que necesitás? LLevá el pasaporte, una fotocopia del mismo con la hoja donde están tus datos, una foto carnet, completá el formulario que te dan y pagás en cash con los dólares en el momento. La embajada queda en la calle Luganskaya Street 30ª. El bus nº 63 te puede dejar relativamente cerca. Desde el centro de la ciudad queda a unos 30 minutos caminando en dirección a Kok Tobe, una de las atracciones de Almaty.
Por empezar, todos los viajeros necesitan visa para ingresar a Tajikistán. Si querés sacar la visa de Tajikistán y además tenes pensado viajar por Pamir necesitás un permiso extra que ellos mismos te lo dan. Se llama GBAO y viene con la visa. Pero no te olvides de aclararlo! Necesitás los mismos requerimientos que en la visa anterior y el costo fue de 115 dólares. Tardó solo un día en ser otorgada. La embajada queda en la calle 16 Sanatornaya Street Baganashyl y el bus 63 te deja a unos 800 metros del otro lado de la autopista. Decile al chofer que te bajás en el Parque del Primer Presidente. Cruzá el puente y camina en sentido inverso unos 10 minutos aproximadamente. Si queres te podes tomar un taxi desde el centro por unos 4 dólares. Horario de 9 a 12 hs. Si tenés dudas llama al (+7) 727 269 70 59
UZBEKISTÁN
No se porque dicen que es difícil de conseguir, que tarda y es cara. Lo que tenés que obtener primero es una LOI, carta de invitación. En mi caso la tramité con Art Hostel https://arthosteltashkent.wordpress.com/ que tiene sede en Tashkent. Para eso tuve que transferir por Wester Union 50 dólares + 3 de comisión. Después de 10 días corridos me enviaron un código. A través de esta web http://evisa.mfa.uz/evisa_en/ complete el formulario (donde te piden ese código que sería la carta de invitación) y fui a la embajada que está en Dusambé, Tajikistán, donde había pedido retirarla. Osea que la podés iniciar desde cualquier país y solo tenés que aclarar donde la vas a retirar. En consulado está ubicado en Sanoi St, cercade Rudaki St y abre de lunes a viernes de 9 a 12 horas. Entregás el formulario impreso previamente con todos tus datos, el pasaporte, la fotocopia de la primera página y una foto carnet. Para una estadía de 14 días cuesta 65 dólares que se pagan en cash en el momento en dólares. A muchos les tarda una semana, pero por alguna razón me la dieron el mismo día en tan solo 2 horas! Una buena idea es insistir amablemente que necesitás que te devuelvan el pasaporte con la visa ya lista porque tenés que ir a otras embajadas y tenés pocos días. Un coreano que estaba junto a mí no paraba de insistir (obviamente con mucha educación), me sumé a su pedido y resultó un éxito.
Importante: cuando entrás a Uzbekistán la policía te va a revisar la mochila, pero especialmente el celular y la computadora en busca de fotos pornográficas. En general no son prepotentes pero hay casos donde se han puesto medio densos. Lo más aconsejable siempre es mantener la calma. Y si estuviste sacándole fotos íntimas a tu novia lo mejor será que las borres. También les interesa mucho ver que videos tenés en la computadora. Desde Dusambé, Tajikistán a la frontera uzbeka son solo 66 km. Después hay unos 400 km más hasta Samarcanda.
Las visas para viajar por Asia Central como verás son caras. Pero si tenemos en cuenta que con el pasaporte argentino no necesitamos visados para Japón, Mongolia, Malasia, Singapur, Tailandia, Kazajistán, Filipinas, Rusia, entre otros destinos, en promedio no es tanto lo que habrá que pagar.
A tener en cuenta: En las visas de Uzbekistán y de Tajikistán al completar el formulario para aplicar tenés que escribir el día que vas a ingresar (date specific). En realidad podés entrar después de la fecha mencionada e irte antes también.
TURKMENISTÁN: en general otorgan visas de tránsito por 5 días y cuesta unos 55 dólares. Sencillamente no la saqué porque no pensaba ir otra vez hacia Irán o Afganistán.
Otras visas que te pueden interesar aunque no sea Asia Central
AFGANISTÁN: cuando fui en 2006 la saqué en Islamabad, Pakistán. Tardó 3 días en ser otorgada y costaba 30 dólares. Si te morís de ganas de viajar ahí y asumir los riesgos podés obtenerla en Korough, Pamir, Tajikistán o en Dusambé. El costo va a variar según la nacionalidad pero en general la de tránsito cuesta 35 dólares y hasta te la pueden dar en el mismo día. La visa de turismo requiere al igual que la de Uzbekistán una carta de invitación que la otorga un agencia de viajes afgana, además de pagar entre 40 y 100 dólares según la nacionalidad. Se paga en el Orien Bank, que queda en el centro, y te la entregan en el mismo día. Embajada de Afganistán en Dusambé: Pushkina, House 34.
Una forma relativamente segura es ingresar desde el sur de Uzbekistán por la ciudad de Termez hacia Mazar-e-Sharif y volver por el mismo camino. Para eso pedí doble entrada en tu visa de Uzbekistán. Entrar por Kunduz desde Tajikistán a la fecha de agosto de 2015 estaba desaconsejado por la presencia de los talibanes.
IRÁN: Cuando fui en 2010 la conseguí a través de www.visados.org En Buenos Aires esperé unos 2 meses pero llegó el ansiado código y tres meses después la retiré en Damasco, Siria (cuando se podía viajar por ese país). La mayoría la tramita en Dusambé, Tajikistán y la embajada queda en 18 Tehrán Street. Es una visa que tarda y hay que tramitarla con bastante tiempo. La mayoría paga unos 100 dólares.
Otras web que te pueden ayudar en cuanto a información o trámites son:
http://www.centralasia-travel.com/en
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El hospedaje en Uzbekistán fue cortesía de los siguientes hoteles
Samarcanda: Orient Star Hotel: http://samarkand.hotelorientstar.com/ (33 Dagbitskaya Street – Orient Voyages.
Samarcanda: Hotel Dilshoda: contact: [email protected]; Street O Ksaroy 150
Bukhara: Emir Travel & Emir Hotel http://www.emirtravel.com/ 17 N. Husainov Street Contact: [email protected]
Khiva: Orient Star Hotel, Khiva, http://khiva.hotelorientstar.com/