Mirta miró hacia arriba como queriendo bucear en los recuerdos del pasado. Un pasado que todavía vive y está muy presente, porque en sus palabras hay mezcla de dolor y tristeza. Cuando las autoridades anunciaron que tenían que dejar la ciudad de Epecuén nunca creyeron que en menos de una semana las aguas cubrirían su historia para siempre. Lo que nadie imaginaba tampoco es que esta ex villa turística ubicada en el partido de Villa Alsina a unos 530 km de Capital Federal resurgiría entre las aguas para mostrar al mundo Epecuén, el pueblo que no pudo ser.

Paisaje surrealista del lo que una vez fue el patio de una casa en Epecuén

Cae el sol y el atardecer inunda de sombras misteriosas lo que una vez fue la Av. 25 de Mayo, arteria principal de Epecuén

Tal fue la fama que cobraron estas ruinas que hasta el propio Pino Solanas filmó algunas escenas de su película “El Viaje” o inclusive Red Bull, que viajó hasta acá para que Danny MacAskill hiciera “magia” moviendo las ruedas de su bicicleta entre techos abandonados y un paisaje que se parece al de Irak después de un atentado.

Mientras dejábamos las mochilas en la recepción, Mirta, hoy dueña del Apart Flavia Carhué, nos contó que Epecuén fue fundada en 1921 y llegó a tener hasta 1.500 habitantes. “Recuerdo con nostalgia cuando cada verano el lago se llenaba de turistas. Durante la temporada venían más de 20.000 personas”.

Así está la arteria principal de Epecuén, la Av. 25 de Mayo totalmente inundada…

Así se veía la Avenida 25 de Mayo en sus épocas de gloria y cómo está en la actualidad cuando bajan las aguas. Foto: Internet

Nadie quería perder la oportunidad de darse un baño en sus aguas curativas con gran porcentaje de sal y otros minerales para después echarse al sol caliente. De ahí vino el uso termal y su nombre Epecuén, que en mapuche significa casi asado.

Pero este centro turístico, uno de los más importantes que tenía el país, quedó atrapado por sus propias aguas cuando el 10 de noviembre de 1985 comenzó a inundar sus casas. De nada sirvió aquél terraplén utilizado como contención. De nada sirvieron los cinco metros de altura que tenía y de nada sirvieron los rezos de sus habitantes antes de escapar.

Al subir a un techo abandonado se puede apreciar la dimensión de las Ruinas de Epecuén

Pero detrás de esta historia de aguas terapéuticas similares a las del Mar Muerto en Israel, aparecen funcionarios que “jugaban” con el propio destino y sus habitantes. O se inundaba Epecuén o Guaminí, la otra localidad cercana. Acá es donde pocos conocen la verdad y los que la saben la cuentan en voz baja. La inundación fue controlada y por intereses políticos Guaminí nunca fue historia, ni pasado.

Lo que si es cierto es que el terraplén no aguantó más, cedió y el agua empezó a meterse a gran velocidad arrastrando las sillas de la heladería Flamingo, las camas de El Gran Hotel, además de llevarse juguetes, armarios, ventanas, etc.

¿Hay una imagen más triste que ver a todos escapando con lo que teníamos hacia Carhué o hacia donde pudiéramos?, relata Mirta. Los ataúdes flotaban entre colchones, autos y montañas de basura.

Lo que nadie imaginó es que Epecuén volvería a ser noticia después de estar más de 20 años sumergido bajo el agua. Ahora se lo conoce como las “Ruinas de Epecuén”.

El Matadero, obra del arquitecto e ingeniero italiano Francisco Salamone

Atardecer a orillas del Lago Epecuén

Me parecía extraño e irreal estar caminando por la Avenida 25 de Mayo, su arteria principal, y tener ante mis ojos un paisaje que se asemeja al de una posguerra. En un momento subí a una escalera y desde ahí todo cobró otra dimensión: calles cubiertas por agua, techos hundidos y a lo lejos postes de luz retorcidos como testigos de su lucha contra el tiempo y el agua. Más allá de encontrar elementos de la vida cotidiana como cucharas, cacerolas, cochecitos de bebé totalmente oxidados, lo que me impresionó fueron sus árboles que me hicieron recordar al libro de Alejandro Casona, Los árboles mueren de pie. Despeinados, blancos por la sal y tristes, ahí están en una imagen fantasmal como queriendo dar batalla al igual que los postes de luz. Hoy podríamos resumir a Epecuén como el pueblo que no pudo ser.

El frente de una casa en lo que fue Epecuén

Una imagen que se parece a la de un atentado! Así está hoy Epecuén

Muy pronto se viene el próximo post sobre cómo fue fotografiar este “paisaje” durante una noche sin luna y en compañía de la vía láctea.

Si querés ver cómo es otro paisaje surrealista, pero esta vez en la provincia de Catamarca HACÉ CLIC EN ESTA FOTO!

Campo de Piedra Pómez en Catamarca, Argentina

Durante nuestra estadía en la ciudad de Carhué, que usamos como base para ir hasta las Ruinas de Epecuén, nos hospedamos por cortesía en Apart Flavia Carhué, donde Mirta, su dueña te hace sentir como en casa y tiene muchas historias por compartir.

Todas las comodidades en el Apart Flavia de Carhué

INFO: Av. Mitre 1041, Carhué, Pcia. de Bs As. CA 6430 – ​Tel Fax:  (02936) 432957 – (02936) 432815, Cel: 02936-15-403636 – www.apartflavia.com.ar