Desde que tengo uso de razón me la paso viendo mapas, estudiando las capitales de países con nombre extraños y mirando fotos de lugares lejanos. Me enamoré literalmente del mundo y me di cuenta que quería dedicar mi vida a viajar y a conocer esos destinos a través de mis ojos. También desde la cámara de fotos.
Durante muchos años me sentaba en la cama de mi cuarto a organizar el próximo destino. Me compraba una guía, buscaba artículos, pedía consejos, etc. Un verano decidí cambiar mis hábitos y enfoque la brújula en mi país. Tal vez una de las razones fuera que mis amigos me insistían en recorrer la Patagonia. Al poco tiempo de conocer el sur comencé a trabajar como fotógrafo para la revista Lugares y fue en esos viajes donde descubrí la Reserva San Guillermo en San Juan, el canal del Beagle en Ushuaia, las montañas de Neuquén o estancias en la provincia de Buenos Aires.
Entre viajes por Irán, Afganistán, Marruecos o Cuba fui intercalando un poco con destinos locales. Viajé al norte y me deslumbré con Iruya, en Salta, con las salinas grandes de Jujuy y con Tilcara. Tomé el tren patagónico que une Bariloche con Carmen de Patagones fotografiando la meseta del sur de Río Negro, exploré El Chaltén, cuna del trekking nacional y caminé por el Glaciar Torre, un lugar difícil de describir por su imponente belleza. Descubrí que nuestro país está lleno de pueblitos increíbles y si bien no encontraré gente fumando narguile (pipas de agua de origen oriental), turbantes coloridos o mercados caóticos como en otros lados, siento que Argentina es un destino que alguna vez lo voy a recorrer de punta a punta.
Tal vez sea en moto, en bici o en un jeep viejo, quien sabe? Porque no importa la forma sino avanzar en el camino. A fin de año viajaré nuevamente a Asia, un continente que no visito desde hace cuatro años y después será el momento de buscar historias más cercanas. Estos son algunos de los lugares que más me gustaron en los viajes que hice por Argentina.