Llego a la capital tailandesa y me encuentro con una telaraña de avenidas y autopistas que se pierden con rumbos desconocidos. Pero también aterrizo en el país de las sonrisas eternas, como anuncian la mayoría de las publicidades locales. Tomo un taxi compartido para llegar a Kao Sand Road, centro neurálgico de los viajeros. Durante la primera semana visito todos sus templos, navego por sus mercados flotantes y me adapto al caos de Bangkok.
Estoy por abandonar el frenesí de la capital, una metrópoli que nunca duerme, siempre está a ritmo y lista para la diversión para recorrer otras regiones del país, pero es bueno saber que la misma se convirtió en la capital de Tailandia, después de que los birmanos saquearan Ayuthaya en 1767. Al principio la capital siamesa se traslado a Thonburi, al otro lado del río, pero fue recién en 1782 cuando fue establecida en el lugar que ocupa actualmente. Al alejarme un sonido que me es conocido, resuena constantemente. Son los tuk-tuks, el transporte local, llamados así por el ruido que hace su motor de dos tiempos.
El paraíso tiene nombre: Llego al sur de Tailandia, una región que ofrece algunos de los paisajes más espectaculares de todo el continente. Allí se puede nadar en excelentes playas, practicar buceo y comer un exquisito pescado fresco bajo la sombra de una palmera. Esta zona es muy diferente al resto, no solo por su geografía, sino también por su gente. Aquí, los campos de arroz dan paso a las plantaciones de caucho y aceite con trabajadores carismáticos.
Una de las grandes atracciones son las islas de Ko Samui, donde reposa el Gran Buda, una estatua de oro de doce metros de altura y la cercana ciudad de Phuket. Pero es en la playa de Ko Phi Phi, donde se filmó la película “The Beach”, con Leonardo Di Caprio, donde aguas color turquesa y arenas blancas se encierran en una vegetación exuberante. Al llegar a estas playas deberán tener en cuenta que el tiempo pasa más rápido de lo normal y el lugar atrapa tanto que el deseo de quedarse es eterno. Pero deseo combinar fiesta y playa, y el lugar adecuado es Ko Phan Ngan, cuando se celebra la Full Moon Party o fiesta de la luna llena.
Nada le falta a la perla de Asia y la magia de sus islas se combinan cuando pido un masaje tailandés, que es por lejos uno de los mejores del mundo. Tanto en cabañas de madera como en importantes resorts frente al mar, nadie deja pasar la oportunidad de vivir esta experiencia cuando cae el sol y el sonido de las olas acompañan. Tailandia, sorprende por sus paisajes, por sus idílicas playas, por sus fabulosos templos o por sus celebraciones callejeras. Pero también por sus curiosidades, pues el rey Bhumibol Adulyadej, es el jefe de estado que más tiempo lleva en su cargo en el mundo, desde 1950 y es el noveno rey de la dinastía Chakri. ¿Lo sabían?