No te das una idea hace cuanto tiempo que quería escribir este post. Siempre decía lo hago hoy, pero así es la vida del viajero, de un lado a otro constantemente y las cosas se van postergando. Hoy no voy a escribir sobre lo mágico que es hacer dedo por las rutas de Birmania, lo divertido que es vender fotos en las calles de Japón, lo que me pasó cuando crucé la frontera en Camboya o como fue volver a China después de cuatros años para conocer Tíbet. Te quiero contar un poco quien soy. Cuales son mis pasiones, defectos, miedos, los próximos proyectos, etc.
Vengo de una familia bastante artística. Mi vieja es narradora de cuentos, tengo una hermana que es profesora de teatro, un hermano diseñador gráfico, otro periodista y quien les escribe fotógrafo como mi viejo.
Cuando tenía 19 años todavía no había salido de Argentina y jamás me imaginaba que iba a dedicar mi vida a viajar como una profesión. Hoy con más de 70 países recorridos me parece que esto es un sueño. Aunque en realidad la cantidad no es lo importante sino las experiencias que se viven en el camino y la gente que uno conoce.
A pesar de que soy profesor de educación física y me encanta la vida en la naturaleza nunca viajé con bolsa de dormir, carpa o equipo de mate. Pero ahora que estoy viajando por Mongolia decidí experimentar un poco de vida nómada. Llevo carpa y bolsa de dormir! La pasión por la fotografía me la contagió mi viejo que desde que tengo uso de razón lo vi con una cámara colgada al hombro o revelando fotos en el cuarto oscuro improvisado de casa.
Aunque no lo puedas creer soy un poco asustadizo. Por cualquier ruido, sea de día o de noche me sobresalto en seguida. A veces estoy tan concentrado intentando sacar una foto que cuando me muevo me tropiezo o me llevo las cosas por delante. Viajar y recorrer países me encanta, pero cuando voy a cruzar una frontera o llego a migraciones me pongo un poco nervioso, algo así como cuando te llaman en el colegio a dar lección.
Me gusta despertarme temprano y salir a la calle a sacar fotos cuando la ciudad recién empieza con sus actividades. Te estoy hablando de las 5 o 6 de la madrugada! Eso si, a la tardecita ya se me termina la energía. Y a la noche no me puedo tener en pie. Acerca de un país prefiero conocer los pueblitos antes que una ciudad moderna. Viajo con una mochila liviana que pesa unos 5 kilos. Un poco por lo práctico pero también porque soy medio vago para llevar mucho peso. Esa es la realidad. Claro que con el equipo de camping en este viaje le sume unos cuantos kilos.
Tengo una lista enorme de los próximos destinos que quiero recorrer y a veces tengo el defecto de estar en un lugar y pensar en el que viene. Cuando vuelvo a Buenos Aires después de un viaje durante la primera semana no tomo ningún medio de transporte y voy a todos lados caminando. Algo así como entrar en sintonía con la ciudad en forma progresiva.
La idea de este viaje nació un día mientras viajaba en subte por Buenos Aires. Dije, voy a recorrer principalmente a dedo desde Indonesia hasta los Balcanes para escribir un segundo libro. Y acá estoy desarrollando el proyecto! Todavía queda mucho por conocer. Acabo de recorrer el Tíbet, un lugar que con solo nombrarlo se me pone la piel de gallina otra vez. Bueno, ahora que ya sabés un poco más quien está detrás de un viajero curioso espero que te sientas más cerca cuando publique las próximas historias. Hasta pronto, tu amigo viajero, Esteban.