No dejen de visitar León. Uy, no dejen de visitar Granada. Esas frases las escuchamos muchas veces cada vez que mencionábamos que nos íbamos a Nicaragua. Entrando desde Honduras la ruta a Managua nos llevaba de una u otra manera a León y entonces decidimos que nuestra primera parada sería ahí. Dicen que son como hermanas, donde una es la mayor y otra la menor. Que una es más linda y otra más auténtica. Una con pasados revolucionarios y otra más conservadora. Si hay dos ciudades coloniales y están tan cerca entre sí, es obvio que van a existir las comparaciones. Entonces creo que lo mejor es ir a ver las dos. No vaya a ser que una se nos ponga celosa!
A diferencia de otras veces, en esta ocasión no me hice muchas expectativas, porque de una u otra manera cada vez que espero con ilusión llegar a un destino termino un poco desilusionado. Solo me limité a pensar en que estaría en Nicaragua, un país al que hacía tiempo quería visitar y en un viaje anterior por Centroamérica, vaya a saber porque lo dejé a un costado.
Lo primero que me llamó la atención ni bien puse un pie en León fue “La Gigantona”. En una ciudad donde hay más de 13 iglesias y una arquitectura colonial que destaca en cada rincón, todo eso quedó en un segundo plano. Al menos cuando fuimos a la plaza central. Es que allí estaba apoyada sobre una pared de la Alcaldía una gigantona de más de 15 metros. Muchos aseguran que es la más grande del país. Pero, ¿Quién es este personaje?
Cuenta la leyenda que La Gigantona representa a la mujer española, vestida de trajes lujosos y vistosos, donde su tamaño normal es entre 3 o 5 metros de altura y representan el poder que ejercían los españoles sobre los indígenas. Pero también hay otro personaje en escena, el Enano Cabezón, que representa al indígena. Su pequeño tamaño representa a los aborígenes, pero su enorme cabeza significa que el indio a pesar de la sumisión impuesta por los colonizadores, es un ser inteligente, capaz de desarrollarse como persona.
Entonces entendí porque había tantos niños con tambores y gigantonas que se mezclaban entre la gente. Se metían por los mercados nocturnos, cuando el sol dejó de iluminar esas paredes color pasteles e iban regalando música con insistencia. Claro que también se metían enfrente de tu cámara cuando querías sacar una foto.
Al otro día, con la ausencia de los tambores, empecé a prestar más atención a los carteles y graffitis. Cuando leí: 23 de julio de 1959 y más arriba el nombre de unos estudiantes, comprendí el valor que tenía esa esquina para la ciudad de León. Eran las 18 hs de unos 56 años atrás cuando la Guardia Nacional asesinó a los estudiantes Erick Ramírez Medrano, Sergio Octavio Saldaña González, Mauricio Martínez Santamaría y José Rubí Somarriba, quienes protestaban por una masacre ocurrida en El Chaparral. Por aquellos años gobernaba el dictador Luis Somoza Debayle y parece que las cosas no andaban bien. Sin embargo la historia se puede comprender mucho mejor pocas cuadras más adelante donde está el Museo de la Revolución, justo al lado del Parque Central.
El mismo está dirigido por la Asociación de Excombatientes Históricos Insurreccionales Héroes de Veracruz. Adentro se exponen fotografías sobre la lucha del General Sandino hasta el proceso insurreccional de la ciudad de León que concluyó con el triunfo de la revolución en 1979. Los ex combatientes sirven de guía a los turistas interesados en la lucha revolucionaria y explican con lujo de detalles todos los aspectos de aquellos tiempos militares.
Esa noche me fui a dormir con pensamientos cruzados. Por una lado pensaba en el pasado de Nicaragua, en la lucha, en la guerra civil, en las secuelas. Por otro lado pensaba en el presente y que en unas horas iba a estar subiendo el Volcán Cerro Negro para tirarme con una tabla tipo sandboard. Nada que ver una cosa con la otra, pero al fin y al cabo de eso están hechos los viajes.
El museo está bierto todos los días de la semana, de 8:00 am a 5:00 pm. Valor de entrada: C$50 (2 dólares) para extranjeros. Consejo: Pedile a Marcelo Pereira, uno de los ex combatientes que te deje subir hasta el balcón para tener una imagen distinta del Parque Central y la Catedral. Mientras subas las viejas escaleras seguro te contará la historia de esa casa y las razones de porque el gobierno se quiere apropiar de esa propiedad. Seguramente él le pondrá mucha más adrenalina al relato que si te lo cuento yo. De lo que no quedan dudas es que León es una ciudad imperdible a visitar en Nicaragua. Veremos que pasa cuando lleguemos a Granada.
El hospedaje en la ciudad de León fue cortesía del Hotel El Convento. Si bien no es la construcción original fue reconstruido tal cual era en sus años pasados antes de la demolición. El hotel cuenta con todas las comodidades, además de wifi en los cuartos, un excelente desayuno y una piscina para nadar. Ideal para descansar en la bella ciudad de León. Todo el personal es súper atento! Limpieza 10 puntos y la mejor ubicación: a 2 cuadras de la Catedral.