Cuando no viajo y estoy en Buenos Aires soy consiente de que mis preocupaciones son en general como los de la gran mayoría: pagar las expensas a tiempo, ver que falta en la heladera e ir al supermercado, entrar a home banking y pagar los impuestos, que esté limpio el baño si vienen visitas, reconfirmar el turno con el dentista, generar más ingresos económicos siendo freelance, qué película ver un día de lluvia, etc.

A veces las rutas te dan sorpresas inesperadas

Llegar a la frontera con Moldavia no fue tarea fácil (y eso que en la foto no salen las moscas, los mosquitos en la cara y el calor!!!)

Toda nuestra preocupación era encontrar un buen lugar donde dormir en un bosque en Serbia. Acá con Tomás Aperlo y su novia, otros fanáticos argentinos del cicloturismo

Pero ahora que estoy viajando en bicicleta me doy cuenta que mis preocupaciones son diametralmente opuestas. Decidí hacer una lista con 50 situaciones que nunca había imaginado tener en mi vida:

Cualquier lugar es bienvenido para un descanso cuando afuera hay tormenta. Acá en Bosnia

  1. No pinchar una rueda
  2. No pinchar una rueda en subida
  3. No pinchar una rueda en subida y con lluvia (por suerte nada de esto pasó por ahora)
  4. Que no se rompa una parte importante de la bicicleta en medio de una ruta desolada (se rompió el descarrilador en el peor lugar al sur de España. Esperé dos horas hasta que una camioneta me acercó hasta una bicicletería de un pueblo)
  5. Que no me agarre una tormenta en pleno pedaleo (me pasó tres veces y la peor la sufrí en Bielorrusia donde apenas veía unos pocos metros por delante)

    El precio del agua en el desierto? Incaclculable!

  6. Encontrar wifi en alguna estación de servicio
  7. Encontrar dónde recargar las baterías
  8. Que no llueva por la mañana cuando estoy acampando y tengo que guardar todo antes de salir a la ruta (me pasó en Croacia y en Francia)
  9. Perder alguna herramienta o repuesto
  10. Encontrar y saber cómo se dice leche en polvo en los supermercados de Rumania, Ucrania o Moldavia
  11. No caerme de la bicicleta (por ahora van dos caídas. En la primera fue tan dura que hasta rompí el espejo de moto que llevaba en el manubrio)

    Neblinas, frío y el camino. Las únicas preocupaciones de un día de pedaleo en Sahara Occidental

  12. Que el couchsurfer responda a tiempo y me pueda alojar
  13. Que no se haga de noche en un bosque estando solo (lo viví en Eslovenia con la compañía de lobos y osos bastante cerca)
  14. Que la gasolina de la cocina portátil que llevo dure para varias comidas
  15. Que el agua de la botella de plástico que llevo en la bicicleta no se caliente rápido con el sol
  16. Que el té caliente del termo que llevo en la alforja no se enfríe rápido
  17. Que las medias y zapatillas se sequen lo antes posible cuando me agarró alguna lluvia
  18. Que el GPS no me indique el camino más largo
  19. Poder obtener una visa y entrar en la fecha indicada en el pasaporte

    Rectas que se hacen eternas al atravesar el Sahara Occidental. La clave? PACIENCIA

  20. Que me roben
  21. Enfermarme otra vez de malaria en África
  22. Que la embajada donde debo tramitar una visa no haya cambiado de dirección al llegar
  23. Que el viento en contra paré o cambie de dirección
  24. Que el agua sea potable
  25. Que la batería solar realmente funcione
  26. Que encuentre alguien para compartir algunos kilómetros de viaje (el mejor fue Alex, una alemán con quien compartimos ruta desde Arles, Francia hasta Barcelona)
  27. Que el chip que compre para el celular no sea trucho

    Dónde tocará dormir hoy a la noche? la respuesta la dará el camino

  28. Que los perros que cuidan a las ovejas no me ataquen (estando en Tíbet uno me mordió y terminé en un hospital)
  29. Que nadie ronque cuando estoy en una habitación compartida en un hostel (me pasó muchas veces)
  30. Que no te quieran cobrar de más en África por ser extranjero
  31. Que el pantalón y la campera impermeable aguanten lo suficiente cuando llueve y       llegue seco a destino
  32. Que las horas que voy sumando de videos para hacer el documental valgan la pena
  33. Que no se caiga el trípode con la cámara cuando hay mucho viento
  34. Que no se caiga la bicicleta cuando la dejo apoyada contra la pared cuando voy a hacer las compras (ya se cayó un par de veces)
  35. Que el tipo de seguridad me deje entrar con la bicicleta al supermercado
  36. Que el cambio de divisa sea favorable
  37. Que pueda ver cielos estrellados y sin contaminación lumínica en alguna aldea de África
  38. Que las manos no se me acalambren después de todo un día de pedaleo (antes de cruzar a Marruecos cambié la postura del manillar porque los dedos de la mano izquierda se me adormecían)
  39. Ver en cuál de las alforjas pongo las frutas que compro para el día de pedaleo para que le de más sombra que sol
  40. Atar la bicicleta a la carpa con una soga cuando acampo en lugares desolados. En caso de que alguna mano inquieta se la quiera llevar el movimiento de la carpa será mi mejor alarma. Por ahora nunca pasó nada extraño más que dos ratas intentando entrar cuando dormí en un bosque en Eslovenia.

    No pinchar en medio de la soledad es cuestión de kilómetros

  41. Pedalear y ver el navegador del celular sin pisar la banquina. Por no prestar atención ese fue el motivo de primera caída.
  42. La distribución del peso equitativo de las alforjas, tanto delanteras como traseras para un mejor pedaleo
  43. Limpiar y aceitar la cadena después de un día de lluvia
  44. Tener a mano papel higiénico por cualquier percance
  45. Calcular la cantidad de kilómetros a recorrer en un día teniendo en cuenta el clima y la altitud.
  46. Tener suficiente agua para cocinar a la noche, lavar las cosas después de comer y poder preparar un té a la mañana siguiente.
  47. No enfermarme durante varios días seguidos
  48. Que después de un día largo de pedaleo los últimos kilómetros no sean en subida.
  49. Que el filtro-purificador de agua que compré funcione en África
  50. Poder asimilar lo que significa estar viajando en bici por el mundo sin perder nunca la capacidad de asombro.

    Increíble lugar para descansar después de un día largo de pedaleo.

    Si están pensando en hacer una parada en Tan-Tan Plage el mejor lugar es el Hotel Riad Essadia