Cuando comencé el viaje por Asia había trazado una línea en un mapa. El recorrido pretendía unir Singapur con Uzbekistán, en un trayecto ambicioso donde uniría 25.000 km haciendo dedo. De todos esos países había uno del que me habían hablado demasiado y ya tenía miedo que al llegar no cumpliera con esas expectativas que todos nos vamos poniendo inconscientemente.
La parte más compleja de ese sub viaje, y lo digo así porque lo fue entre el resto de los países recorridos, fue el ingreso. No por miedo a no poder entrar sino, porque la primer ruta es tan pequeña que la dirección del tráfico se va alternando en los primeros kilómetros. Por ejemplo: los lunes el trafico va hacia el norte, pero lo martes hacia el sur, y así sucesivamente. Lo que nadie me contó, y creo que fue la mejor partes es que esos 30 km iniciales los hicimos en 4 horas. Jamás en mi vida había visto un camino con tantos pozos. ¡Fue peor que Haití! Una sacudida abrupta a la ansiedad por llegar al primer pueblo.
Birmania es un país que no tiene muchos años de turismo como Tailandia, Malasia o Vietnam y eso se nota en cada sonrisa sincera de los locales. En este post les comparto algunas de las fotografías capturas en este increíble destino de Asia. ¡Imperdible!