Es cerca del mediodía y el sol de otoño entibia las cuadras del barrio de Palermo. El “Chino” es conversador y se mueve con habilidad verbal entres sus clientes. El encuentro, según él, no es casual. Cuando le pregunto desde hace cuanto tiempo vende sahumerios en la Plaza Serrano, su respuesta demuestra una mezcla de autoridad y orgullo: desde hace once años. Nos damos un abrazo y celebra que será mi primera hora como vendedor callejero del libro UN VIAJERO CURIOSO. Atrás quedaron los agitados días donde el timbre de casa sonaba con regularidad, la firma de ejemplares en la Feria del Libro en la Rural para pasar a otra etapa distinta aunque no por eso menos activa. Vivir la calle de cerca como si fuera un extraño en mi propio país. Ese fue mi propósito!
Armar un puesto en la vereda requiere un poco de ingenio. Llevar los libros, fotopostales viajeras, un mapa con los recorridos por el mundo, la bandera argentina, sería lo lógico. Sin embargo el ingrediente fundamental es un tender vestido con una manta comprada en la increíble ciudad de Cuzco, Perú. Te molesta si pongo un sahumerio en el árbol? Pregunta el Chino, que en realidad se llama Norberto y después de haber trabajado junto a Darín y ser productor de música de cientos de grupos que cualquier porteño reconocería, se dedicó a ser artesano del olfato. Es para atraer la buena suerte, me dice con una sonrisa cómplice y coloca el sahumerio entre dos ramas. Desde su puestito improvisado, una bicicleta llena de accesorios, llega el sonido de unos acordes inconfundibles. Es la voz de Carlos Gardel. Si no fuera porque suena “Por una cabeza”, diría que estoy en la Plaza de Sol en España o en Marrakech. Y la prueba más concreta es cuando una chica de Finlandia compra un ejemplar. A la charla viajera improvisada se suman Carlos y Rosita, una pareja de uruguayos que está de vacaciones por Buenos Aires. La rueda sigue girando y después de un intervalo aparece lo inimaginable (para mi). Un haitiano que se emociona cuando ve la postal de un retrato tomado en Puerto Príncipe, la capital de su país. Se aleja y antes de llegar a la esquina se gira para volver a saludar.
Mis fines de semana ya no son iguales y eso de romper la rutina me gusta. Pasaron a tener otro color. Ya no los espero para descansar, al contrario. Los espero para salir a oxigenarme de la venta online para estar cara a cara con los futuros lectores. Y si andás por el barrio de Palermo, ya sabés… ahí por donde los sahumerios regalan perfumes de incógnito, un viajero curioso les hace compañía.
Si querés obtener un ejemplar de UN VIAJERO CURIOSO me podés escribir a [email protected] desde cualquier lugar del mundo.
Y estas son las próximas presentaciones que se vienen en Ituzaingo, Capital Federal y Rosario!!!