Matías ya estaba en la orilla con otra pareja cuando llegamos. Habíamos pactado el encuentro para las 9 de la mañana y nuestra media hora de retraso nos preocupaba si todo estaría en orden. Es que el bus nº 10 que sale desde el centro de Bariloche, recorre caminos con paisajes fabulosos pero también subidas que se hacen lentas. Chofer, sabe cuánto falta para llegar a Bahía López?, en unos minutos llegamos a Colonia Suiza y de ahí… serán unos 5 kilómetros más. Parece que acá el tiempo está marcado por metros y no por minutos, pienso.
Bueno dejen sus cosas importantes en esta bolsa impermeable y después hacemos un repaso técnico con el kayak. Matías es profesor de educación física y junto a un amigo formaron Patagonia Inhóspita, una alternativa muy buena para poder hacer deporte en forma personalizada.
Ahora que ya están cambiados vamos a probar el nivel de los pedales para comandar el timón. El kayak de travesía, en el cual vamos a viajar de a dos, tiene la particularidad que además de avanzar con los remos se puede dirigir el timón con los pies. Salimos a navegar acompañados de una tranquilidad que asombra. ¿Cuántas veces uno tiene la oportunidad de estar en las aguas de Nahuel Huapi, apreciando la naturaleza en todo su esplendor? Especialmente cuando la primavera está terminando y las grandes masas de turistas todavía no llegaron.
Entre ida y vuelta serán dos horas de navegación y después nos espera un mini trekking hasta el mirador. Después de un rato con Lucila ya le tomamos la mano a los remos y avanzamos en forma sincronizada. Nos acercamos hasta la orilla donde nos espera una sorpresa, porque Matías, el coordinador, ya nos adelantó que hoy era día de sorpresas. De su kayak saca una pequeña mochila. La apoya en la roca y ante el asombro de todos abre un champagne! Es que hoy estamos de festejo porque la pareja que nos acompaña celebra su luna de miel. A esto le sumamos que hoy es mi cumple, así que sobran motivos para pasarla bien. Aceitunas ahumadas, sándwiches, fruta, jugo y muchas cosas ricas son algunas de las cosas que tenemos para almorzar.
Durante el descanso aprovechamos para tomar sol, charlar con Luis el otro argentino que casado con una alemana decidieron venir a Bariloche a vivir por un tiempo, y estirar un poco las piernas. De fondo el cerro Tronador nos acompaña coronando una imagen fuera de lo común. El regreso se hace un poco difícil porque tenemos viento en contra y nuestra falta de estado físico se hace notar. En la bahía nos cambiamos de ropa y salimos hacer una pequeña caminata hasta el primer mirador. Ven, dice Matías, desde acá arriba se puede apreciar todo el recorrido que recién estuvimos haciendo. Es verdad, pienso, y de alguna manera la excursión cobra sentido. Es un día de sol tibio donde las nubes parecen haberse puesto en complot con nuestro deseo y se fueron. Lo mismo ocurre con los cóndores, que en algunas ocasiones son posible apreciar.
De regreso, nos alojamos en Achalay Hostel, un lugar donde Pablo y Florencia, sus dueños, nos hacen sentir como si fuéramos amigos de siempre. Es ahí donde hoy a la noche haré la presentación del libro. Muchas sensaciones se vienen a la mente en este momento. Una porque será la última charla viajera antes de partir para Asia 2015, otra porque a pesar de estar varias veces en Bariloche, siempre descubrí nuevas experiencias. Y como dice la frase, no se recuerdan los días, se recuerdan los momentos. Este viaje duró muy poco. Tan solo 7 días pero estuvo cargado de hermosos encuentros. Como el de Alex, el español dueño de un restaurante que quiso comprar el libro, simplemente porque ama viajar, las charlas con Ángelo, un brasileño que trabaja en el hostel donde dormimos la últimas noches, con Chiara, una italiana que preparó una torta para mi cumple, etc, etc.
Cuando viajamos a un lugar pensamos que nunca más volveremos porque el mundo está lleno de atracciones. Sin embargo, este destino siempre está dispuesto a recibirme en los momentos menos pensados. Hasta la próxima Bari!
La travesía empieza a las 9 y dura hasta las 16 hs. Cuesta 100 dólares y se completa con un trekking al mirador. Incluye el guía y el almuerzo. Los grupos son reducidos lo que permite tener más intimidad. Más info en la web de patagoniainhóspita
Hospedaje en Bariloche: Achalay Hostel ( Morales 564). Tiene wifi, cocina y buena onda!