playa el tunco, el salvador

Esta foto la saqué al final de la clase. Ojalá algún día pueda dominar una ola así.

Cuando escuché que tendríamos una clase de surf en El Tunco, una de la mejores playas del Pacífico, me costaba contener tanta alegría. Desde hace años que vengo pensando porque dejé pasar tanto tiempo con lo que me gustan los deportes y especialmente experimentar cosas nuevas. Cuando tenía 20 años, antes de empezar con esta vida de viajero por el mundo, estuve por quedarme en Brasil, comprarme una tabla y practicar hasta tomarle el ritmo. Pero volví a Buenos Aires y por una cosa u otra siguió pasando el tiempo hasta que ayer pude saldar mi deuda.

Momento inolvidable. Mi primera clase de surf

Momento inolvidable. Mi primera clase de surf

Miguel, nuestro guía, nos había contado el día anterior que teníamos una sorpresa, pero para mí tomar una clase de surf era mucho más que eso. Era la oportunidad de estar mar adentro y jugar por un rato a que era protagonista de la película“Punto Límite” con Keanu Reeves.

playa el tunco, el salvador

Sol, palmeras y buenas olas. Todos los ingredientes para salir a surfear en El Tunco

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Recorriendo otra parte de las playas junto a mi compa de viaje por Centroamérica: Lucila de www.viagemcult.com

Pedro, es moreno, delgado y si lo vieras sentado en un bar jamás pensarías que hace más de 12 años domina a la perfección las olas de la playa El Tunco, ubicada a unos 50 minutos de San Salvador. Para que se den una idea, surfers de todo el mundo vienen hasta acá por varios motivos. La temperatura del agua es ideal, siempre hay sol con un promedio de 25º, el hospedaje es relativamente económico y todo el año hay buenas olas.

Entré al agua memorizando cada movimiento que habíamos practicado afuera. Con la tabla apoyada en la arena, todo resultaba sencillo, pero hacerlo con una ola que te empuja a gran velocidad, sostener el equilibrio era lo más difícil.

Bueno empecemos a nadar hasta donde están esos surfers. Acostado en la tabla levanté la vista y había un poco más de 40 metros. Entonces comprobé que además de no saber nada de este deporte, mi estado físico estaba en un nivel lamentable. Braceaba una y otra vez mientras comenzaba a sentir el cansancio en los hombros. No te preocupes, dijo el instructor, es cuestión de entrar en calor. Esperamos pacientemente la primer ola, que si bien era enorme, no me preocupaba su altura sino lograr pararme. El primer intento fue un desastre! No duré ni un segundo, quedé atrapado en el medio y tragué cualquier cantidad de agua. La GoPro que llevaba en la muñeca pudo registrar esos momentos que parecieron eternos hasta salir nuevamente a la superficie.

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Empieza a caer el sol en la playa, el mejor momento del día

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Fin del día de playa en El Tunco

El agua me arrastró casi hasta la orilla. Otra vez estaba bastante lejos de la zona de surf, pero no me di por vencido. Me acosté sobre la tabla, respiré profundo y volví a bracear un poco más lento. Lo más importante de estos momentos es coordinar todo lo que te dicen afuera y aplicarlo en el momento justo. Moves el pie de apoyo, levantás el pecho, la otra pierna y a mantener el punto de gravedad. El segundo intento no estuvo nada mal y disfruté casi cuatro segundos parado. Nos quedamos como una hora y para cuando estaba agotado, Pedro dijo que sería el último intento y terminábamos con la clase. Dejamos pasar unas tres olas bajitas hasta que llegó el momento de la verdad. Esta está buena Esteban, aprovechala, aprovechala, gritaba sin parar! Cerré los ojos un instante, repasé todo lo que había que hacer y me lancé. Detrás de mí sentí, no solo la fuerza, sino el ruido con la que la ola me empezaba a empujar. Me subí a la tabla, bajé el centro de gravedad y lo logré. Llegué hasta la costa surfeando una ola entera. No se si fueron 10, 15 o más segundos, pero sentí una enorme satisfacción por la experiencia. Había surfeado una ola grande en la costa del Pacífico!

Cuando salí a la playa me quedé observando y admirando a los verdaderos expertos como hacían sus piruetas. Saqué la cámara, apunté y capturé a uno arriba de la ola. Ojalá en algún tiempo pueda alcanzar ese nivel, pensaba. Mientras mi mente filosofaba sobre el futuro deportivo, Lucila y Miguel me llamaron. Nos tenemos que ir a la otra playa. Pero ahora no se trataba de tablas, sino de salvar vidas. Pero eso te lo cuento en el próximo post…

Este tour fue cortesía de la agencia www.salvadoreantours.com a la cual recomendamos pues Miguel, el guía, fue realmente de lo mejor. Es una agencia seria y tiene un montón de paseos. Hay para todos los gustos. Los pueden contactar a:  [email protected] Phone: +503 2243-6113