Panamá

Impresionante vista de Panamá City, desde el Cerro Ancón

Che, hermano, ¿Cómo va todo por ahí? Cuando puedas me pasas el mail de Pechote… necesito saber si está en Panamá City así paso a saludarlo.

En realidad esta historia comenzó unos 12 años atrás cuando mi hermano Andrés trabajaba haciendo prensa para la Embajada de USA en Buenos Aires. Ahí se hizo amigo de Juan, pero como se imaginarán, por algo le dicen “Pechote”. Lo vi un par de veces y antes de salir de viaje por Centroamérica me lo crucé en mi cumple.

A los tres días ya tenía el mail con respuesta de su, (nuestro amigo) quien está en misión por 2 años en Panamá después de vivir entre otros distintos por Tel Aviv, Londres o Chicago. La idea de quedarnos en su casa, ubicada estratégicamente en Ciudad del Saber (ya les contaré porque era bueno este lugar), era descansar un poco del viaje. Eh, cómo, ¿Descansar de un viaje? Dice la teoría que uno puede viajar de por vida, pero en los hechos, cuando uno está viajando desde hace más de un año la rutina de un viaje, armar la mochila, hacer dedo con calor, buscar sponsor para hospedarse, etc, etc llega un momento que se hace cansador. Ahora que escribo estas líneas desde Cartagena de Indias, me doy cuento que ese descanso era necesario.

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Descubriendo la otra cara del casco histórico de Panamá

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Por un momento pensé que estaba en La Habana de Cuba

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Todavía quedan algunas paredes sin arreglar en el casco viejo

Vivir en su casa, y digo vivir, porque nos quedamos en total 12 días, fue sentir que estaba en un hogar, donde tenía mi cuarto, mi baño, un escritorio digno donde apoyar la compu para escribir, buena señal de wifi todo el tiempo, etc, igual como cuando estamos en nuestra propia casa.

Juan, digo Pechote, nos fue a buscar a la terminar Albrook, donde llegan la mayoría de los buses desde distintos puntos de Panamá. Sus años de vivir en Granada le pegaron fuerte y todavía sigue diciendo cosas como “Ey tío ¿Cómo estáis? Esa mañana desayunamos en su balcón terraza mirando palmeras, canchas de fútbol, hockey y beisbol, con el canal de Panamá de fondo. Una vista privilegiada que con el correr de los días por suerte no la tomé como natural.

A decir verdad en Panamá City no hice grandes paseos y todo se podría resumir a: caminar 50 metros hasta la parada del bus y bajarme cerca del mercado de mariscos. Desde ahí la opción era girar hacia la izquierda unos 10 minutos e investigar como iba quedando el renovado centro histórico o a la derecha, al moderno distrito financiero.

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Lentamente se va arreglando todo el casco histórico

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Graffitis que le dan color y vida a la ciudad vieja de Panamá

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Casco histórico de Panamá con sus tradicionales balcones y faroles

Pero una tarde la rutina cambió cuando fuimos a almorzar con Ana, una periodista del diario La Estrella de Panamá, que Lucila había conocido cuando trabajaba para EFE en España. Esteban, ¿Te gustaría dar un seminario para el Staff de fotógrafos del diario? me preguntó mientras llegaba el postre. Antes de que le diera una respuesta ya habíamos puesto una fecha. Como les conté, Pechote vive en Ciudad del Saber, que de atractivo no tiene nada en especial, pero si es un lugar con historia, ya que fue allí donde los norteamericanos vivieron durante los 100 años que duró su dominio con respecto al canal. Dicen los locales que antes estaba todo pintado, limpio y ver una vereda rota era impensado. Como se habrán dado cuento por su nombre, es el lugar donde se concentran la mayoría de las universidades.

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Paredes que encontré y me gustaron fotografiar

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Cosas divertidas que uno encuentra por las calles de la ciudad vieja de Panamá

Esa misma noche recibí otro mail, en realidad el más esperado. La Universidad de Arquitectura y Diseño de Panamá me confirmaba su interés para presentar el libro Un viajero curioso a sus estudiantes y comprar 40 ejemplares como material de estudio obligatorio.

Entonces Panamá se fue convirtiendo de a poco en una base de operaciones, donde los proyectos que había ido a buscar en Centroamérica se iban concretando. El día anterior a dejar la ciudad me contactó Leila, otra periodista del diario para hacer una nota y proponerme conocer un lugar a donde no van los turistas.

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La otra cara de la ciudad: Boca La Caja

Esteban, ¿Oíste hablar de Boca La Caja? Mmmhh, la verdad que no tengo ni idea de que se trata ni dónde queda, le dije. Vení al diario, hacemos la entrevista y de ahí nos vamos a ese lugar que estoy segura te va a encantar. Cuando nos bajamos del auto, lo primero que pensé fue: Panamá real! Es como si la ciudad se hubiera transformado de golpe. Autos viejos, cosas tiradas en el piso, casas de madera o cemento sin pintar y barcos, muchos pero muchos barcos que les deban la espalda a esa impactante ciudad moderna que se ven en los folletos de turismo.

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Atravesamos este túnel con agua podrida y salimos al mar

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Vista distinta de la ciudad moderna de Panamá

Decidimos con Diego, el otro periodista que nos acompañaba, descalzarnos y pisando tierra con olor a podrido atravesamos un túnel que daba al mar. Desde ahí tuve esa imagen que todo fotógrafo curioso, o culo inquieto como puse en el artículo del diario, necesita encontrar para confirmar que todo lugar tiene varias caras.

Boca La Caja está catalogado como un lugar inseguro, pero en realidad no es más que un barrio de antiguos pescadores que quedó atrapado por un mega-shopping, una autopista y el mar. Lo más gracioso (o triste) es que el gobierno plantó árboles desde la autopista para que no se vieran las casas humildes. No vaya a hacer que uno se lleve una impresión irreal de lo que es la capital, no?

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Barcos pesqueros en Boca La Caja

Cuando dejamos Panamá decidimos hacerlo en avión. Mientras miraba por la ventanilla el despegue pensaba en esto de las impresiones que uno se lleva de un lugar. Que increíble es que muchas personas puedan estar en un mismo destino pero las opiniones puedan ser tan diversas. A mi lado habían dos chicas sentadas hablando de los shopping, de cuanto habían gastado en ropa, de lo perfecta que es la ciudad vieja y de las impresionantes vistas que hay por la noche desde el Hard Rokc Caffé desde el piso 66. Me parece que vieron Panamá con maquillaje, pero tal vez en su segunda vuelta descubran que hay otras realidades.

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Uno de los tantos graffitis que me gustaron en Panamá viejo

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Vista de la ciudad de Panamá desde Boca La Caja

INFO ÚTIL: Para tener las mejores vistas de la ciudad no dejes de ir a Cerro Ancón. Nosotros fuimos con un tour invitado cuando conocieron nuestros blogs, pero se puede ir en taxi sin problemas. Desde ahí parece que Panamá fuera una gran maqueta. Impresionante! Como escribí recién, desde el piso 66 donde esta el HRC, también hay buenas vistas. Si te gusta el pescado fresco podes almorzar en el mercado de mariscos. Desde la terminal Albrrok te podes tomar el bus que dice “Panamá viejo” y bajarte en la parada 5 de mayo. Desde ahí llegás caminando al casco histórico.

En la ciudad vieja hay algunas paleterías de helado que son excelentes. La de fresa con leche condensada y maracuyá fueron las mejores. Si no recuerdo mal se llama Paleta América y está en una esquina.

Como viajar: En la terminal de bus Albrook podes comprar por 2 dólares la tarjeta tipo SUBE y recargarla, porque los viajes no se pueden pagar con efectivo. Cada viaje cuesta 0,25 centavos de dólares y tienen A/C. Los tradicionales buses “Diablos rojos” cuestan 0,35 centavos y no tienen aire, sin embargo es un linda experiencia subirse a uno de ellos al menos una vez.

Salvo que tengas que ir al centro por alguna razón, trata de evitar las horas picos de la mañana y al atardecer porque el “tranque” como ellos llaman al tráfico, te puede llevar a demorar 1 hora en hacer 5 km.

¿Querés comprar cosas electrónicas? Teníamos pensado ir a Colón, la zona franca, pero al final nos contaron que no había mucha diferencia de precios y viajar 80 km, más la coima al taxi y al policía para que te dejen entrar y salir con la mercadería no valía la pena. Opciones: Shopping Albrook, Multiplaza, Multicentro. Ahí hay tiendas como Panafoto y Audiofoto.