Slow travel o cómo viajar distinto es un post donde propongo viajar a tu propio ritmo y no hacerlo como si uno estuviera en una carrera contra el tiempo, intentando sumar sellos en tu pasaporte, entradas de museos o aplicando solamente los consejos de una guía de viaje tradicional…
Cada vez que uno se va de viaje empiezan las recomendaciones de los demás:
No dejes de ir a tal museo, no te olvides de comer en ese bar justito debajo del puente frente al río, no te pierdas el paseo en el bus de dos pisos, subí a la torre, vas a tener las mejores vistas. Y así continúa la catarata de recomendaciones de los que ya estuvieron en el destino al que vas. Lo que nunca comprendí es cuando alguien te dice: “No sabés, estuvimos a las corridas, visitamos 6 países en un mes”. Entonces les cuento que acostumbra a viajar de otra manera y que tal vez pueda estar dos o tres meses en un solo país.
Otra cosa que nunca comprendí es: ¿por qué hay que visitar los íconos de determinados lugares? Se es mejor viajero si nos sacamos una foto en el Big Ben, si paseamos en góndola por Venecia o si entramos al museo del Prado en Madrid. ¿Qué pasaría si en vez de preocuparnos por eso intentáramos sumar experiencias nuevas, si el viaje se enriquece por compartir un almuerzo con unos campesinos, visitar una escuela rural, trabajar una mañana como voluntario en un hospital o simplemente dedicarse a caminar por una ciudad sin rumbo fijo. Para eso está la técnica del slow travel o cómo viajar distinto.
Acá les comparto algunas ideas que pueden servir para viajar como uno quiere y no como se supone que hay que hacerlo. ¿Te animarías?
- Quedate en una ciudad no menos de una semana y fijate que distinto es empezar a ubicarte en el barrio, aprender el nombre de las calles, recordar donde está la panadería, como se llama el dueño, etc. No hay nada más lindo en un viaje que apropiarse de un lugar, aunque sea por unos días.
- Tal vez te interesa profundizar en otro idioma y porqué no tomar un curso de árabe, inglés o italiano mientras uno está de viaje. El comprender los carteles en otro idioma te hará sentir más cercano a su cultura.
- Otra opción es hacer house-sitting donde podrás cuidar la casa de alguien por varias semanas mientras ellos están de vacaciones. Sino, podés alquilar un departamento compartido con otros viajeros e intercambiar más experiencias.
- Ser observador: entonces nada mejor que recorrer a pie las calles de la ciudad, pueblo o lugar donde estés. De esa manera todo pasará en cámara lenta y seguramente así encontrarás rincones atractivos, conversarás más con la gente y te ayudará a ubicarte mejor en la ciudad. Aunque lo mejor es perderse…
- Te gusta pedalear? Por qué no ir en bicicleta de un pueblo a otro?
- Lo viste en la película? Puede ser realidad. En la película “The Holiday los protagonistas viajan haciendo un intercambio de casas. Te imaginás dejando Buenos Aires para ir a vivir dos semanas a Quebec, Tokio o Londres?
- Más conocido pero igual de efectivo, puede ser el dormir en trenes durante las noches. De esa manera te estarás ahorrando el hospedaje.
- Si estás con tiempo y tenés ganas de sentir más de cerca al lugar en el que estás podés hacer un voluntariado de dos o tres meses. De esa manera podrás comprender mejor la cultura del lugar.
- Y si te transformás en docente? Pensaste algunas vez en todas tus capacidades y habilidades. Tal vez puedas dar clases de guitarra en una escuela, enseñar español, dar clases de pintura o fotografía en un centro cultural. Además de ganar dinero, estarás haciendo lo que te gusta. Entonces el viaje cobrará otro sentido que estar solamente visitando los íconos estipulados por las guías.
- Nos vamos al campo? Si estás aburrido de las ciudades o el tráfico te está afectando el humor del viaje, acercate hasta una zona rural, ofrecete para trabajar en las actividades de una granja y viví el lugar desde otra perspectiva.
- Cambiá la manera en la que viajás. Si toda tu vida estuviste viajando a dedo, hacelo en moto. Si lo hacías en bici probá con una camper, jeep. Nada mejor que renovarse y encontrar nuevos desafíos.
- Querés sentirte como en tu casa? Andá al mercado, comprá las cosas que más te gustan y armá un picnic, solo o con los compañeros de cuarto del hostel. O tal vez te pase como en Kirguistán que los locales te inviten a su propio picnic!!!
Porque lo importante no está en viajar, sino en cómo hacerlo. Y si es despacio MUCHO MEJOR!
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