Debería comenzar por el principio. Debería comenzar contándote por qué empecé a viajar en moto por Argentina y no a dedo como vengo haciendo desde hace más de 2 décadas. Debería contarte cómo fue el trámite para sacar el registro. Sin embargo voy a empezar por lo que serían las últimas hojas de un gran libro. No por capricho, sino porque siento todavía la adrenalina de estar en dos ruedas por rutas que hasta hace poco me eran totalmente desconocidas.
Como buen sagitariano no solo soy aventurero sino que además me gusta organizar mínimamente el recorrido que fue programado más o menos así: salir de Buenos Aires por la Ruta 3 hasta Puerto Madryn. Desde ahí tomar la R25 Trelew-Esquel. Después subir por la famosa ruta 40 hasta Junín de los Andes para lentamente emprender el regreso hacia la provincia de Buenos Aires. Claro que como todo viaje siempre dando lugar a los cambios y lo que el destino depare.
Como bien pensamos con mi gran amigo Gustavo Canavate (quien me instaló el GPS de maxtracker.com) la primera etapa hasta Madryn era solo para trasladarme, porque la aventura de los paisajes recién comenzaría en el sur.
Y sin lugar a dudas lo fue: en el ripio de Península Valdez tuve mi primer caída. A pesar de ir a 10 km/h evitar resbalarse entre esas piedras sueltas fue imposible. La moto quedó perfecta, pero el parabrisas se rompió como si nada. De ahí aprendí algo muy importante: siempre hay que seguir nuestro instinto a pesar de lo que digan los demás… Yo no quería recorrer los caminos de ripio y menos tardar 10 horas en hacer 200 km, pero fui. ¡Y me arrepiento! Ahí sí debería haber hecho dedo a los miles de autos que pasan.
La ruta 25 me sorprendió por su soledad, por su mal estado, por los pocos viajeros que iban en moto y por Los Altares, un lugar donde me obligué a ir más lento de lo normal para apreciar el lugar. Nunca agradecí tanto por llegar ahí al atardecer y acampar en el Camping Municipal (muy básico, pero gratuito al fin).
Es difícil después de haber recorrido casi 4.500 km definir el lugar más lindo del viaje, pero el Parque Nacional Los Alerces, cerca de Esquel me maravilló tanto como la primera vez que lo vi hace un par de años. La magia estuvo otra vez en acampar frente al lago Futalaufquen, primero cerca de la Cascada Irigoyen y después a orillas del río Arrayanes. Llevar carpa y bolsa de dormir en este tipo de viaje fueron la mejor compañía.
Andar por la Patagonia en moto me permitió meterme por caminos aislados y alejados que si hubiera viajado a dedo creo que no los hubiera hecho. Es que esta región es tan grande que abarca más de 1.000 millones de km cuadrados y a pesar de transitar Río Negro, Chubut o Neuquén siempre estaba en la famosa Patagonia Argentina.
Ah, eso de hacer escapadas cortas lo vivencié cuando estaba en Junín de los Andes y me fui hasta el Parque Nacional Lanín. Su volcán nevado sin lugar a dudas entra en el top 10 de los mejores paisajes que vi durante este mes de viaje. Cuando te detenés una y otra vez para mirarlo y tomarle fotografías es cuando te das cuenta que la capacidad de asombro no se pierde nunca a pesar de todos los países visitados o años que hayamos viajado.
La Patagonia es taaaannn grande que recorrerla entera en un solo viaje es imposible (al menos para mí) pero la idea era hacerla a la velocidad del disfrute (tan lento como el lugar lo demande) y que los próximos lugares sin visitar sean la excusa perfecta para regresar más adelante.
Si bien Olavarría no está en esta región fue la última parada antes de volver a casa y sorprenderme de que por ejemplo acá también hay sierras y atardeceres fantásticos como les comparto en estas fotos.
¿Y ahora? En qué ando se preguntarán… bueno, varias cosas para compartirles. Un poco de depre viajera me vino. Si, aunque casi nunca me pasa, esta vez sucedió y me siento un poco movilizado por todo lo vivido. Pero lo mejor de estar en Buenos Aires es que hay proyecto nuevo. ¡¡¡De viaje y de fotografía!!!
Porque este viaje en moto por Patagonia en realidad fue una especie de reconocimiento con la moto para encarar “Argentina con ojos de niño” un proyecto que ya está subido en la plataforma de idea.me y lo podrán ver haciendo CLIC en este video o foto.
La idea es llevar cámaras de fotos a escuelas, pueblos rurales o no tan turísticos y que los chicos nos muestren cómo y dónde viven desde la espontaneidad de sus fotografías.
¡Ah, claro que te podes sumar al proyecto! Tanto en la difusión como siendo un colaborador, pero mejor que entres a mirarlo porque ahí está todo detallado…
En el próximo post les prometo contarles 20 cosas que aprendí viajando en moto por la Patagonia. No se vayan lejos porque pronto lo subiré al blog. ¡Nos vemos!
Bonus extra de fotos
Agradecimientos: En San Martín de los Andes me hospedé por cortesía en la Hostería Las Lucarnas. Andrea, su dueña, derrocha buena onda y simpatía. Su hostería es ideal para descansar y disfrutar de unos abundantes y ricos desayunos. La ubicación es privilegiada, en el corazón de S.M de los Andes.
En Junín de los Andes me hospedé por cortesía en Apart Hotel Curahué. Arnaldo y Vilma tienen este emprendimiento desde hace unos años y su hospedaje está recontra bien equipado. Las fotos hablan por sí solas.