Cómo? Me estás hablando en serio? Te juro que sí. Es el más joven de toda la Argentina. Pero… cuando fue fundado? Creo que en la década del 80 pero cuando lleguemos allá lo confirmamos. El Chaltén es un pueblo que está ubicado en la provincia de Santa Cruz dentro del Parque Nacional Los Glaciares. Es, para los amantes del trekking, el lugar ideal para salir a explorar senderos en forma independiente.
Agarrá la mochila que frenó por nosotros !!!, grita Pablo, un cordobés que conocí en el hostel de El Calafate, mientras corre y se sube a la parte de atrás de una camioneta rastrojera. Nos acomodamos como podemos entre una montura, ruedas en desuso, y algunas cajas. El frío de la Patagonia y el viento se sienten a pesar de viajar en pleno verano.
Después de dos horas el conductor toca bocina y nos hace señas con la mano para que bajemos. Hasta acá los puedo alcanzar, nos dice mientras nos da indicaciones para recorrer los últimos 5 kilómetros. Nos ajustamos los borceguíes y tomamos las mochilas para recorrer el tramo final. Mientras, cargamos los pulmones de aire puro!
En la oficina de parques nacionales nos dan un folleto con todos los trekking que se pueden hacer. La mayoría son autoguiados y otros, de mayor dificultad, requieren de un guía y equipo técnico. Un pequeño cartel indica que El Chaltén, que en tehuelche significa “montaña humeante”, fue fundado el 12 de octubre de 1985 por el gobernador Puricelli.
Nos acomodamos en uno de los tantos hostels, y salimos en busca de algunas provisiones. Mañana nos espera una larga caminata hasta la Laguna de los tres. Es temprano, muy temprano!, y la mayoría de nuestros compañeros de cuarto duermen. Son casi las siete de la mañana. Barras de cereales, algunos chocolates y un termo con té bien caliente nos acompañan en los primeros pasos de caminata.
Te das cuenta, exclama Pablo entusiasmado, dónde nos encontramos? Este lugar es increíble. La primer hora es un poco dura, es puro ascenso, pero vale la pena. Desde lo alto se puede ver el río Las Vueltas, que serpentea hasta cambiar su curso y corre paralelo al pueblo. Después de caminar por un sendero angosto, cruzar puentes de madera entre arroyos, bosques donde se pueden apreciar lengas, llegamos a la Laguna Capri. Un recorrido de sencilla dificultad de no más de dos horas. Nos sentamos a descansar frente a la orilla mientras un pájaro carpintero aparece en escena. A lo lejos se ve uno de los íconos de la región: el famoso cerro Fitz Roy.
Viste Pablo, al final la realidad supera la imaginación. “Ta´ buenaza la laguna”, expresa con su típico acento cordobés. Nuestro próximo punto marcado en el mapa es llegar hasta el campamento Poincenot, un recorrido que es plano en su mayoría y las carpas de otros aventureros acompañan a cualquier viajero solitario. La población de El Chaltén no supera los 1.700 habitantes, sin embargo en los meses de noviembre a marzo, la época ideal para hacer escalada y trekking, este lugar se inunda de extranjeros y argentinos.
Dale, dale, un esfuerzo más le digo a Pablo. Y si lo dejamos para otro día, me responde. Mira hacia arriba y la montaña empinada no es el mejor estímulo. Tampoco los que bajan con cara de esfuerzo, transpirados. Recurro al viejo truco de la emoción, y le pregunto a una chica que pasa al lado nuestro con una felicidad que desborda en cada una de sus facciones. Y, está buena la laguna? Su catarata de adjetivos positivos hacen que el cordobés saque fuerzas de donde no tiene y lentamente comience el ascenso.
Una hora, solo una, pero muy intensa. Pensamos cuando vamos por la mitad del ascenso y el calor nos obliga a hacer una parada para tomar un poco de agua. Al llegar a la cima nos quedamos paralizados. No podemos creer lo que estamos viendo y entendemos el porque de la laguna de los Tres. El Fitz Roy, el glaciar y la laguna, unidos como una escenografía perfecta. El agua es por momentos verde esmeralda, a veces azul profundo, según como le de el sol, pero de una u otra manera el paisaje es único.
Sabés qué cordobés? Esto no me lo pierdo ni loco… y antes de que me arrepienta me saco la ropa, me quedo en calzoncillos y me tiro a nadar en un agua de deshielo casi congelada. Salgo renovado y todo el cansancio acumulado en estas cinco horas de trekking desaparece. Sacamos de la mochila, el termo con el té, y nos devoramos los sándwiches preparados. Mapa en mano empezamos a organizar las futuras excursiones. Tal vez sea el Mirador de los Cóndores o la laguna del Fraile, no sabemos… pero todavía falta lo más importante: el regreso a la ciudad antes del anochecer.
Consejo: si vas a hacer la excursión a la laguna de los tres es ideal salir bien temprano, porque entre ida y vuelta son 10 horas. Lo mejor es tomar un desayuno fuerte al inicio de la caminata e ir comiendo alguna fruta en las paradas. Otra opción es llegar hasta el campamento Poincenot, pernoctar ahí en tu carpa y al otro día más descansados subir a la laguna de los tres.