Me tomé el tren en Barrancas de Belgrano con esa sensación de estar viajando por cualquier lugar del mundo menos por Buenos Aires. Es que para mí subirme a un tren y mirar por la ventanilla es como si me transportaran al más allá. Después de algunas paradas me sumergí en las páginas de Random, de Estanislao Bachrach y cuando me quise fijar por dónde íbamos ya había llegado a la Estación de Béccar.
Caminé con ojos de curioso descubriendo casonas con enormes jardines pensando en cómo sería este barrio un siglo atrás hasta que llegué a un portón verde que anuncia “Villa Ocampo”.
Un poco de historia
Villa Ocampo fue la residencia de verano de la familia Ocampo y posteriormente la vivienda de Victoria, la famosa escritora argentina, que en 1977, se convirtió en la primera mujer en ser elegida miembro de la Academia Argentina de Letras.
Durante 38 años vivió en esta casa y a lo largo de ese período por la residencia pasaron celebridades como Indira Gandhi, Antoine de Saint-Exupéry, Gabriela Mistral, Igor Stravinsky, Graham Greene, Jorge Luis Borges, Le Corbusier y Albert Camus. Viajar a Villa Ocampo era como trasladarse en el tiempo.
Es verdad que debí sumarme al grupo de la visita guiada que comienza cada media hora, pero mi rebeldía me llevó a subir esos escalones alfombrados de un rojo carmín en forma anticipada. Mientras apoyaba la mano en la baranda, me sentí como un espía (del tiempo) tratando de adivinar que estaba en un Monumento Histórico Nacional que además pertenece a la UNESCO.
En un momento llegué a una habitación donde Victoria se sentaba a escribir y ahí comprendí que estaba parado frente a una inmensa biblioteca con 11.000 libros de arte, fotografía y su característico par de anteojos. Una colección impresionante.
Al atravesar otra puerta de madera me encontré con un piano de cola. Descansaba tranquilo, con la tapa cerrada, detrás de una gruesa soga. Me pregunté ¿quién lo habría tocado? ¿qué canciones fueron interpretadas? La tentación de abrirlo y disfrutar de esas teclas de marfil era enorme pero supuse que las consecuencias también.
Por la ventana se podía escuchar el canto de unos pájaros y el perfume de un jardín perfectamente cuidado. Entonces salí al balcón principal para admirar esa vista privilegiada. Alrededor de la fuente tres gansos caminaban despreocupados mientras un grupo de turistas se tomaba fotografías en la escalinatas que dan a la galería trasera. La misma donde las hermanas Ocampo se sentaban a leer durante su niñez.
Entonces dejé de deambular por esa casa enorme llena de historia, me senté en un banco y saqué mi libro de lectura. Por un rato largo me sentí turista, viajero, despreocupado de toda obligación.
Me acordé que era domingo recién cuando volvíamos en tren y un chico sentado cerca mío escuchaba un partido por la radio.
Llegué a la conclusión de que viajar no depende de la distancia, de sacar una visa, de cargar una mochila en la espalda o subir altas montañas. A veces disfrutar de un día de viaje está a una hora de tu casa.
Para los que quieran ir hasta ahí les dejo la información.
VILLA OCAMPO
Está ubicada en la calle Elortondo 1837, Beccar, San Isidro, Prov. de Bs. As. Desde la estación Béccar tenes que caminar siete cuadras. Sino el colectivos 60 va por la Avenida del Libertador y te deja a tres.
Entrada General: $50.
Estudiantes, docentes y jubilados con acreditación: 20% de descuento.
Menores de 10 años: sin cargo
Personas con discapacidad: sin cargo.
La cafetería del museo ofrece ricos almuerzos y meriendas a precios accesibles. Eso sí, hay que reservar los fines de semana porque va mucha gente
Abierto:
Miércoles a Domingos
y Feriados.
Horarios:
12.30 a 19 hs.
TE: 4732-4988