El trabajo del fotógrafo es tan poderoso como frágil ya que permite a través de una imagen descubrir quién se esconde detrás de ella. Pero, ¿qué decisiones y actos voluntarios o involuntarios interactúan al momento de obturar? ¿Somos conscientes de todo lo que ocurre en nuestro mundo interior? De igual manera viajamos y nos comunicamos según nuestros miedos, paradigmas y creencias.

 La neurociencia afirma que nuestra atención es selectiva y por más que estemos parados en el mismo escenario nunca veremos lo que los otros han capturado. Esto sucede porque nuestro mundo de distinciones es diferente, porque lo que una situación parece atractiva para unos, para otros simplemente no lo es.

¿Qué ves cuando observás esta imagen?

Pero lo más interesante es que una imagen revela nuestra identidad, el tipo de observador y fotógrafo que somos, y cómo actuamos en ese instante preciso. En general cuando nos detenemos a ver una foto, ya sea en una exposición, navegando por Internet o en un libro, juzgamos la imagen como buena o mala, como bien lograda o no, pero pocas veces nos preguntamos: ¿Qué está queriendo transmitir el autor? ¿Por qué usó ese plano y no otro? ¿Cuánto tiempo esperó a que llegara la imagen? ¿Habrá interactuado con los personajes? Habrá modificado las realidades? ¿El escenario fue elegido con intensión o fue a la inversa?

Estas y muchas preguntas similares son necesarias para comprender la foto desde el punto de vista del espectador, porque debemos ser conscientes de que una imagen no solo está transmitiendo información o emoción, sino que muestra quiénes somos.

Si tomamos como ejemplo la frase del reconocido fotógrafo Robert Cappa “Si tus fotos no son lo suficientemente buenas, no estás lo suficientemente cerca” empezamos a descubrir porque la imagen es tan poderosa, porque esa toma revela quién estuvo detrás de ella.

Te preguntás: ¿cómo llegó el fotógrafo a conseguir esta imagen? ¿qué mundo de desiciones debe haber tomado antes de obturar?

FOTOGRAFIAR EN COHERENCIA

El ser humano es la coherencia entre cuerpo, emoción y lenguaje, y el equilibrio de estos tres elementos permite vivir en armonía. No es casual que cuando un individuo se siente feliz, pleno y poderoso muestre a través de su trabajo esos estados de ánimo y al contrario cuando sus fotos son oscuras, con tonos bajos, con ausencia de colores bien contrastados o distancias focales largas, reflejan otros estados de ánimo.

Ontológicamente hablando podríamos decir que cada individuo debería observar que tipo de observador es de la realidad y qué tipo de imágenes está capturando de acuerdo a esa mirada. No es extraño entonces que algunos fotógrafos como Sebastián Salgado, después de interesarse durante años en las duras realidades de África, las guerras o los éxodos haya comenzado a observar la naturaleza, la vida en la Patagonia y detalles que antes parecían no pertenecer a su vida real. Su foco atencional cambió y lo que quiere transmitir también. Sus “nuevas” fotografías hablan de un ser en proceso de cambio.

Sería extraordinario si pudiéramos entrevistar al autor de esa imagen increíble que ahora tenemos enfrente de nuestros ojos y preguntarle: ¿Qué estaba pensando en el momento de obturar? ¿para qué la sacó? ¿qué le sucedió al sacarla? ¿para quién la estaba tomando? Y después, ¿que sintió?

Lo maravilloso de la fotografía es que nunca obtendremos el mismo resultado, aún estando en el mismo escenario, con la misma luz, con el mismo ángulo de toma o encuadre, porque cada uno de nosotros tiene su propia concepción de lo que es válido, de lo que nos hace feliz, de lo que emocionará a los demás. El país en donde nacimos, nuestra educación, religión, forma de pensar, y hasta la manera en la que corporalmente hablamos, influyen al momento de tomar una imagen.

Ser observadores es fundamental para anticiparnos a la imagen creada previamente en nuestro cerebro

LA OXITOCINA, FACTOR CLAVE PARA GENERAR VÍNCULOS

Nuestro lenguaje es amplio y muy rico, pero pocas veces nos detenemos a reflexionar si lo que estamos haciendo con nuestra mirada, con las manos o con la sonrisa -o su ausencia- van a ser factores determinantes para lograr la foto perfecta.

La ciencia comprobó que las palabras transmiten el 7% de un mensaje, el tono de voz entre el 20% y 30% y el lenguaje corporal entre un 60% y 80%. Esto quiere decir que al ver un retrato podemos claramente identificar cómo es la personalidad del fotógrafo. Podemos volver a preguntarnos si habrá usado un tono de voz suave, si sus palabras fueron las adecuadas y si su cuerpo mostraba empatía con el personaje para llegar a esa mirada tan especial.

Es común observar y escuchar en los que recién se inician en este arte de la fotografía cuestionarse cómo lograr un retrato potente con un desconocido, pero lo que nunca se cuestionan es cómo generar un vínculo al retratar a una persona que como barrera está el idioma, su forma de vestir, de pensar o comer, por mencionar algunos factores.

La oxitocina es una hormona secretada por la hipófisis y que junto a la endorfina, serotonina y dopamina forman el grupo de químicos naturales que hacen que seamos felices. ¿Para que nos sirve saber esto? Si en el momento en que un fotógrafo intenta tomar un retrato es consciente de que quiere generar empatía con ese extraño actuará de una manera determinada para que esa distancia física y emocional se acorte. Puede ser con un gesto, con una palabra, con una pregunta que despierte el interés del retratado donde la oxitocina comenzará a actuar en el cerebro de ambos.

El fotógrafo debe comprender que al llevar una cámara colgada al hombro ejerce un poder significativo con respecto a quien está del otro lado, especialmente si son niños. Cuando ellos están sentados en la tierra jugando y el fotógrafo está parado despliega una presión anímica y sicológica determinante que influye en tres factores: en primer lugar en cómo se siente el niño, en segundo lugar el del fotógrafo y en tercer plano y el más importante en lo que esa foto va a transmitir. Esa misma imagen tomada a la altura de los ojos del niño estará revelando una vez más su identidad. La foto empezará a hablar del artista además del retratado. Mostrará cómo se gestó el vínculo, cómo usó sus rodillas, además de haber tenido en cuenta el fondo, la apertura del diafragma o si decidió usar un lente fijo o no.

Tener empatía con la gente para lograr retratos poderosos es el primer paso a tener en cuenta

SER MENTE PURA

Lo que no puede un fotógrafo y en general es propio del ser humano es evitar emitir juicios sobre los demás, y es ahí donde el artista comienza a perder imágenes, simplemente por juzgar si aquél personaje con turbante es digno de su encuadre final.

Al momento de crear el fotógrafo debe estar libre de todo pensamiento negativo para dar lugar a la expresión, emoción y disfrute. Si a esta perspectiva le sumamos como nos movemos, lo que decimos y cómo nos vestimos el resultado será totalmente distinto.

Pocas veces el protagonista se pregunta si la ropa que viste es la adecuada para fotografiar a esos campesinos en Nicaragua, Uganda o Camboya. Si el color y textura de esa remera o pantalón podrían llegar a condicionar a quien está detrás del lente.

Distinguir el valor y el significado de los colores no solo son una información muy rica al momento de tomar una foto y saber qué queremos transmitir, sino que hay que tener en cuenta cuáles usamos según las circunstancias. No es lo mismo estar fotografiando un campo de refugiados en Haití que estar en el mercado callejero de Portobello Road, en Londres. Los colores fríos no transmiten lo mismo que los cálidos por ejemplo y según como uno se vista influenciará a quien esté enfrente de la cámara. Una vez más la imagen revelará tu identidad. A pesar de que uno piense que los demás no se dan cuenta, el ojo experto del editor sabrá perfectamente qué faltó hacer, decir o cómo hubiera sido la vestimenta adecuada para lograr una imagen más poderosa.

Romper con los prejuicios de quien tenemos enfrente de la cámara

NUESTRO CUERPO HABLA ANTES DE OBTURAR

Actuamos como somos y somos como actuamos, pero… ¿actuamos a conciencia? ¿Por qué a veces movemos en exceso las manos al hablar o por qué hacemos lo contrario? ¿Cómo es nuestra postura de piernas al tomar una imagen a desconocidos? ¿cómo nos ven ellos mientras estamos por obturar? No es lo mismo estar parados con las piernas abiertas que con las piernas más bien cerradas. La primera mostrará una postura de defensa hacia lo extraño, lo diferente, mientras que la segunda significará una postura de igualdad, de estar abierto a algo nuevo.

Así como estar a la misma altura de los niños al tomar una imagen es fundamental para mirarlos de frente a los ojos y generar confianza, la manera en la que “hablan” nuestros ilustradores (las manos) son determinantes. Si decimos te voy a “regalar” una foto mientras simultáneamente llevamos ambas manos al pecho y luego las abrimos a quien tenemos enfrente estaremos mostrando apertura. Y es fundamental mencionar regalar en lugar de tomar. Con la primera acción concedemos algo de nuestra creatividad hacia los demás y con la segunda, quitamos o arrebatamos.

Pero por qué en muchas circunstancias donde el fotógrafo tiene los conocimientos técnicos no se anima a fotografiar, pone excusas y se queda con las manos vacías. Julia Cameron, autora del libro El camino del artista, habla sobre los autobocoits, aquellas trampas mentales que el individuo crea a sí mismo para justificar acciones que le gustaría hacer pero que no concreta.

Esas trampas mentales son naturales, pero lo importante es saber qué hacer con ellas. Si dejamos que nos dominen, al igual que ocurre con los miedos, o las enfrentamos, las derribamos para desafiarnos. Recordemos que la imagen tomada estará revelando una vez más nuestra identidad, que detrás de ella hay un artista que habla a través de las emociones, con lenguajes propios, características específicas y que siempre estará determinada por aquellas acciones que tomamos e incluso por las que dejamos de tomar.

Podemos señalar que una fotografía es el alma de quien la capturó, ella revelará absolutamente todo su ser, su mundo interior, su manera de concebir las realidades, y por qué transmite lo que hasta ahora otros no pudieron ver.

Recordar que una imagen siempre revela la identidad del fotógrafo

DESAFIAR LOS MIEDOS Y LOS PENSAMIENTOS NEGATIVOS, ESA ES LA CUESTIÓN

Hay muchas causas que llevan a una persona a no concretar sus propios sueños, pero el principal y más importante a desafiar son los miedos. En algunas ocasiones los miedos paralizan y eso conduce a perder la oportunidad de vivir una experiencia única.

Los miedos se pueden clasificar en dos. Por un lado están los miedos ajenos. Los de nuestros amigos, nuestros padres, los de la sociedad en la que nos movemos comúnmente. Pero, ¿cuáles son? Principalmente el miedo a no cumplir con los mandatos según la etapa de la vida que estemos atravesando.

La ciencia sostiene que el 90% de los pensamientos negativos que tiene un individuo nunca se cumplen y que depende de gran medida de cada uno qué tipos de pensamientos quiere tener. La fórmula sería: a pensamientos positivos resultados positivos y viceversa.

Paralelamente están los propios miedos, que son reales y están presentes en todo momento. ¿De qué podría tener miedo una persona que está por salir a dar la vuelta al mundo sin una fecha de regreso?

Así como aparecen los autoboicots y las trampas mentales es lógico tener pensamientos como ¿Y si el presupuesto no es el adecuado? ¿Cómo será comunicarse con los nómadas? ¿Y si el viaje fracasa? Miles Davis sostiene que no existe el error, que no hay fracasos, que todo forma parte de un proceso y de una búsqueda constante.

Hay personas que no se animan a viajar porque le temen al regreso y se cuestionan con preguntas que parecieran entrar en un círculo tóxico. ¿Cómo haré para reinsertarme en el sistema después de un año de viaje?, es la gran duda.

Cada individuo está dotado de un número de habilidades que se las conoce como innatas. Son habilidades que no requieren aprendizaje pues han sido adquiridas al nacer. Pero también existen aquellas habilidades dormidas o pasivas que son un complemento de las primeras. Las habilidades dormidas se desarrollan de acuerdo a las necesidades que cada uno va teniendo.

Un niño mira fijo a la cámara en una plantación de mangos en Haiti.

Esto quiere decir que si una persona se anima a vencer sus miedos y a viajar sola por primera vez tendrá la necesidad de comunicarse a pesar de no hablar determinados idiomas, de crear nuevas estrategias. La neuroplasticidad es la que permite al cerebro adaptarse al cambio o reformatearse modificando las redes que lo conectan o creando rutas nuevas. Por eso es fundamental estar en constantes espacios de aprendizaje.

Tener miedo es lógico porque significa que estamos por comenzar algo diferente, que saldremos de la zona de confort, pero lo más importante es saber qué hacemos con los miedos. Si dejamos que nos paralicen y nos escapamos de la realidad poniendo excusas, o al contrario, los enfrentamos y buscamos la forma de derribarlos. Antes, durante o después de un viaje, siempre habrá miedos e incertidumbre.

Es importante tener en claro que es imposible tener todas las respuestas antes de comenzar un viaje, un proyecto o de tomar una decisión importante. El coaching lo define como uno de los grandes enemigos del aprendizaje.

Así como la fotografía revela qué tipo de artista es cada uno, los pensamientos que fluyen cotidianamente por nuestra mente, los estados emocionales y cómo interpretamos los hechos también revelan el tipo de personas que somos. Desafiar los miedos y los pensamientos negativos, esa es la cuestión.

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