¿Es posible cruzar el desierto de Sáhara Occidental en bicicleta? Me preguntaba una y otra vez mientras organizaba el viaje en Buenos Aires. Como siempre a la distancia todo parece complicado, difícil, imposible. La mente se llena de dudas, interrogantes y miedos. Pero de a poco empecé a averiguar cómo sería viajar en bicicleta por esta parte del planeta.

Lo primero que hice fue ponerme en contacto con otros cicloviajeros y pedir información. Algunas de las cosas que necesitaba saber eran:

  • ¿Dónde empieza verdaderamente el Sáhara Occidental?
  • ¿Cuál es la mayor distancia a recorrer sin ninguna aldea, estación de servicio o tienda de barrio donde conseguir comida y agua?
  • ¿Cuántos kilómetros son en total hasta la frontera con Mauritania?
  • ¿Es seguro?
  • ¿Hay alguna bicicletería decente en caso de tener un problema grave?
  • ¿Cuántos litros de agua debería llevar por día?
  • ¿A quién pediría pedir agua en caso de no poder comprarla?
  • ¿Es necesario tener un purificador-filtro de agua?
  • ¿Dónde empieza la ruta sin montañas o subidas exigentes?
  • ¿El viento realmente corre de norte a sur como aseguran muchos? ¿Es mito o realidad?
  • ¿Es posible dormir con los saharauis en el desierto?
  • ¿Cuáles son las temperaturas promedio por día y por noche?
  • ¿Cuáles son los frutos secos que mejor se conservan?
  • ¿Qué empresa y chip conviene comprar para tener datos y acceso a conexión o wifi?

Mientras escribo este post estoy descansando o mejor dicho haciendo reposo en Dakhla por una rotura de ligamentos en un pie. Les comparto la experiencia y las respuestas a todas esas dudas que tal vez sean parecidas a las puedan tener ustedes.

Cuando empieza el Sahara uno comprende que se enfrenta a un desafío interesante

El calor aprieta al mediodía a pesar de estar en invierno. La soledad es la mejor compañía en esta ruta que va a Tan-Tan

La ciudad de Guelmin está considerada la puerta de entrada al Sáhara Occidental. Desde allí hasta la frontera con Mauritania son unos 1.300 km. Sin embargo desde unos 200 kilómetros antes (ciudad de Agadir) ya hay distancias largas a recorrer donde el desierto y la soledad serán la mejor compañía.

La mayor distancia que recorrí sin ver absolutamente nada de nada fueron 125 kilómetros. En ese recorrido me crucé varias veces con camellos, cuervos, perros agresivos, autos y camiones conduciendo en ambas direcciones. En general cada 80 o 90 kilómetros encontrarás una aldea, un pueblito, un café, una ciudad… algo donde descansar y poder comer.

Viajar por esta zona es súper seguro. Es casi imposible que te roben o te quieran hacer daño. A lo que hay que estar atento es a los camiones que conducen en tu misma dirección porque al pasar cerca de la bicicleta el aire te envuelve y te sacude violentamente para todos lados. Lo que hacía era mirar por el espejo y unos metros antes de que pasara el camión frenaba y me corría de la ruta. Si estaba la oportunidad me cruzaba de carril para no detener el pedaleo.

Las rectas infinitas, un desafío mental constante

Soledad, algunas dunas y pedalear 90 km hasta el próximo punto de descanso.

No siempre estamos solos!!!

En la ciudad de Agadir se encuentra el último Decathlon de todo Marruecos. Allí tienen service de bicicletas donde puede ser buena opción hacer una buena limpieza o comprar algunos repuestos. En las ciudades de Tiznit y Cabo Bojador vi también bicicleterías.

Al menos deberían llevar unos tres litros de agua por día. En invierno (diciembre, enero, febrero) las temperaturas no son muy elevadas, sin embargo cuando el día es soleado puede hacer calor y eso obliga a tomar más líquido. Con esos tres litros podrás: prepararte té o café para desayunar, preparar leche en polvo para mezclar con los cereales, tomar agua durante el recorrido diario, hacer alguna sopa o fideos por la noche y con suerte preparar el siguiente desayuno. Si vez que el agua se te está acabando porque tuviste más sed de lo esperado, antes de que baje el sol o se te acabe toda el agua empezá a pedirle a los camioneros. Ellos siempre tienen agua porque recorrer largas distancias. Pero ojo, porque no siempre es agua de botella comprada. En ese caso yo la filtraba antes de tomarla. Cuando llegues a las estaciones de servicio por lo general hay bares o restaurantes donde sí podrás comprar más agua.

Muchos decían que pedalear por el Sáhara Occidental era venial porque no hay grandes subidas o elevaciones. Tuve que esperar mucho para que ese momento llegara, pero podría decir que después de El Aiún (o Layoune) la ruta es prácticamente plana. A veces la ruta sube suavemente, pero puede durar un par de kilómetros y con viento en contra se hace lento. Claro que nunca llegarán a tener elevaciones como la ruta de Transfagarasan, como en Rumania.

Aprender a racionar el agua. Un gran aprendizaje

Crucé a Marruecos tomando el ferry que va de Tarifa a Tánger a mediados de noviembre. La primera semana de pedaleo tuve siempre lluvia o llovizna. Después siempre estuvo soleado con temperaturas máximas de 30ºC, con un promedio de 26ºC. Por las mañanas el viento del desierto está fresco y por la noche se puede poner frío. En caso de dormir en las estaciones de servicio (adentro del bar) será mucho más agradable y los trabajadores te prestarán un colchón y frazada. Nunca pasé frío en el Sáhara Occidental. Lo que no te podes perder es salir a la noche a mirar esos cielos estrellados!!! ¿Y qué pasa sin un día no llego a cubrir los kilómetros propuestos para descansar en esa estación de servicio que indica maps.me o googlemaps? No habrá ningún problema de dormir con los saharauis en sus carpas o al lado de ellos. Así descubrirás la magia del desierto y su increíble hospitalidad. También su increíble té.

Viento: por lo general el viento corre de Norte a Sur. De Tánger a Ciudad del Cabo. Es verdad, pero eso no quiere decir que te toque un día con viento en contra. Un día el viento a favor me llevó a recorrer 120 kilómetros en 7 horas llevando unos 70 kilos de peso, pero al día siguiente sólo pude pedalear 55 kilómetros en 9 horas. En general el viento corre desde el este, sobre todo unos 400 kilómetros antes de llegar a Dakhla.

Comida: no existen recetas mágicas pero con esta dieta perfectamente podrás cruzar todos estos kilómetros. Te comparto mi experiencia. Por las mañanas tomaba dos tazas de té caliente, frutas (mandarina, bananas o manzana) pan con mermelada. La mermelada la había comprado antes en una ciudad grande en un supermercado. Pan se consigue siempre. Durante el día de pedaleo además de guardarlo en bolsas lo envolvía en papel, de esa manera no se ponía tan húmedo y duraba un poco más. A los 45 minutos de andar comía otra fruta, en general pera o banana porque aprendí que si las dejaba para más tarde tenía puré de banana o pera!!! Los frutos secos que llevo son: almendras, nueces, ciruelas, duraznos, pasas de uva. Algunos los usaba para mezclar también en el desayuno cuando conseguía yogurt. Para mantener el agua fría por más tiempo la envuelvo en una tela mojada (remera vieja) de color claro o blanco. El viento hace efecto de refrigeración. Claro que a las dos o tres de la tarde ya estaba tibia. Por la noche, cuando llego a algún lugar que tienen heladera pido que la guarden para tenerla más fría para el día siguiente.

 Maroc Telecom – Orange: primero compré un chip de Orange, pero para cruzar el Sáhara Occidental me recomendaron la de Maroc Telecom. Muchas veces tuve 4G en medio del desierto. Si tenía que enviar algún mensaje aprovechaba a hacerlo al cruzar un pueblo o ciudad para asegurarme tener cobertura. En los bares o estaciones de servicio en el desierto nunca hubo wifi. Pero si hubo gente que me compartió sus datos. El chip cuesta 30 dirham y con 50 dirham alcanza para un mes – (8 usd / 5G). Se puede recargar en cualquier kiosco.

Si tenes otro dato que consideres útil porque también hiciste esta ruta en bicicleta dejalo en los comentarios para que sume a los futuros viajeros. Gracias!

Esta ruta la hice en diciembre de 2019, después de pedalear 8.200 kilómetros desde Tallin, Estonia hasta Marruecos.