Apenas me mostraron una foto de la famosa ruta de Transfagarasan, (Rumania) atravesando los Cárpatos supe que quería ir por ese desafío. Atrás habían quedado los bosques y las rutas sin desniveles después de haber pedaleado los Bálticos, Bielorrusia, Ucrania y Moldavia.

Desde que puse un pie en Rumania todo se convirtió en montaña, parques nacionales con pendientes y subidas. Días atrás venía de experimentar las rutas que salen desde el pequeño pueblito de Zarnesti. Rutas que por momentos se convierten en senderos o caminos de piedra. Esta fue la preparación ideal para encarar desde Cartisoara la famosa y extenuante ruta de Transfagarasan.

Vista del Lago Capra en Transfagarasan. Para tener esta vista hay que hacer una caminata de una hora una vez terminada la ruta asfaltada.

A simple vista, cuando uno comenta que solo son 45 km pareciera que en una mañana se puede concretar, pero lo cierto es que sus eternas curvas y ascensos con a veces más de 12% de pendiente requieren un esfuerzo grande. Aún estando en buenas condiciones físicas.

¿Cómo organicé el viaje? Decidí acampar al pie de la ruta en un camping oficial, cenar fuerte, acostarme temprano y madrugar. Sabía que el recorrido iba a hacer largo y además después de 3.500 km recorridos por Europa empecé a conocer un poco más mi cuerpo y ritmo. Pedaleo lento y hago bastantes pausas. Eso haría que el trayecto durara al menos unas 8 horas según mis cálculos (Finalmente fueron 9 horas)

Por momentos la ruta se volvía monótona ya que atraviesa inmensos pinos y árboles que no permiten ver el paisaje. Y ahí la mayor fuerza es la mental. En no bajar los brazos y seguir a pesar de que recién empieza el desafío.

Recién en los últimos 5 o 7 kilómetros es cuando uno tiene esa famosa vista donde la ruta parece una serpiente. En ese momento uno es consciente de todo el esfuerzo realizado. Lo ideal es no hacerla un fin de semana ya que el flujo de autos y motos que van a toda velocidad aumenta considerablemente.

Vista de las montañas, parte de la ruta Transfagarasan y abajo la carpa

En esta zona hay muchos rebaños. Ojo con los perros!

Hay un dato interesante y que puede ser muy práctico para todo viajero: existe una vertiente de agua fría que baja de la montaña, pero recién está una vez realizado el 60% del trayecto. De todas maneras, a pesar de estar soleado muchas veces la ruta se llena de sombra gracias a los árboles. Por otro lado, al subir hasta casi los 2.900 mts el aire siempre es fresco.

Tomé como opción acampar en la cima, cerca del lago Balea porque desde allí los atardeceres y amaneceres son mágicos. En caso de que todavía tengan fuerzas, al día siguiente se puede hacer un pequeño treking de unos 45 minutos para ver el lago Capra, que está justo del otro lado de la montaña. Vale la pena!!!

Si te quedan más de una noche seguro te encuentres con otros viajeros. Hice el viaje durante el verano

En la cima. Las alforjas estaban adentro de la carpa.

Recompensa: viajando en bici existen días muy distintos entre sí. Algunos son con lluvias, otros con vientos fuertes de frente, otros con terrenos complicados o con subidas, pero la mayor recompensa fue regresar al punto de partida, Cartisoara y descender los todos esos km sin pedalear, acompañado por el aire puro de un paisaje que pocas veces había visto en mi vida. Se supone que acampar arriba tiene un costo de 3 euros por persona, sin embargo nadie me vino a cobrar. A otros si les cobraron, según me comentaron. Tal vez sea cuestión de suerte. Lleven abrigo porque aún en verano a la noche puede hacer un poco de frío si no sale el sol.

Esta es la vista que se tiene llegando al final. Acá se puede apreciar su dimensión comparando el tamaño de los autos

A eso de las 7 am el pastor llega con su rebaño y pasa al lado de tu carpa.

Recomendación: lleven abrigo por las dudas. Cuando está nublado y corre el viento en la cima hace bastante frío. Comida para uno o dos días si van a acampar. De todas maneras hay puestos de comida y algunos bares con precios accesibles.